Por Russell G. G. Arjona Tamayo
30 de agosto de 2024.
Me queda claro que en este tema los cambios no son de la noche a la mañana pero debemos dar un pequeño paso cada vez que se pueda.
En Yucatán y en su capital los operadores de transporte público, en la mayoría de las ocasiones son respetuosos, solidarios y son empáticas con las personas de la tercera edad y con aquellas que padecen de algún tipo de discapacidad, claro, con sus naturales excepciones.
Por lo anterior, las políticas a aplicarse dependen, en gran medida, de las pautas que sean dispuestas desde arriba, ya sea desde la parte concesionada o la parte pública.
Insisto hoy, en el transporte público hay que ponerle la señalización adecuada a los lugares dispuestos para mujeres, mujeres con niños en brazos, seres humanos mayores y personas con discapacidad, que las mismas sean objetivas, claras y concretas.
Por otro lado y para finalizar sugiero que en las ciudades y lugares urbanos no sea un requerimiento sine qua non en el que el ciudadano, con algún tipo de discapacidad o utilice un tipo de apoyo para su movilidad tenga exclusvamente la posibilidad de paraderos destinados al descenso, si no que exista la contingencia de bajada en los lugares no asignados para ello siempre y cuando no sea un lugar peligroso para su seguridad de él y de sus acompañantes.
Cerrando y ejemplificando lo anterior que un paradero se encuentre entre las calles 12 y 14 y el siguiente paradero se encuentre entre las calles 20 y 22 el usuario no convencional tenga la posibilidad de bajar entre las calles 14 y 16, 16 y 18, 18 y 20 siempre y cuando no se ponga en peligro la integridad del ser humano, tenga la posibilidad de hacer el parqueo adecuad el transporte y sea avisado con antelación el operador. Esto es aplicable también en las zona centro de la capital.
