22 noviembre, 2021
Lo recibieron Luis Eduardo Serrano Mora (FES Cuautitlán), Luis Alfonso Vaca Domínguez (IFC), Norma Araceli Bobadilla Sandoval y Ana Brígida Clorinda Arias Álvarez (ambas del IIBm)
Cuatro de los seis premios entregados en la edición 2021 del Premio Canifarma, que otorga la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica, fueron para investigadores de la UNAM. Ayudarán en el desarrollo de una vacuna contra el SARS-CoV-2, al trasplante de mitocondrias para combatir el alzhéimer, beneficiarán a pacientes con problemas renales y permitirán reducir el uso de medicamentos contra problemas cardiovasculares.
Este reconocimiento, que lanzó su primera convocatoria en 1974, tiene el objetivo de vincular el quehacer de la comunidad científica de México con el desarrollo de la industria farmacéutica, y estimular que se realice investigación clínica básica, científica y tecnológica relacionada con medicamentos, dispositivos médicos y desarrollos tecnológicos de uso humano y veterinario.
Miguel Lombera González, presidente del Consejo Directivo de Canifarma, comentó que ya son más de 40 años de que esta cámara ha reconocido el talento de la comunidad científica de México y forjado un sólido vínculo entre ella y la industria farmacéutica en nuestro país.
“No cabe duda que la investigación científica y el desarrollo son punto de partida y tarea necesaria para el crecimiento del sector industrial y farmacéutico, pero más relevante aún es su estrecha relación con la búsqueda de tecnologías dirigidas a prevenir, preservar y restaurar la salud de las personas y, con ello, colaborar estrechamente con el Sistema Nacional de Salud en la procuración de mejores condiciones de vida de México”, reflexionó Lombera González.
En esta ocasión, de los premios para la UNAM dos son en el área de Desarrollo Tecnológico para Luis Eduardo Serrano Mora (Facultad de Estudios Superiores –FES– Cuautitlán) y Luis Alfonso Vaca Domínguez (Instituto de Fisiología Celular –IFC); mientras que en el área de Investigación Básica fueron galardonadas Norma Araceli Bobadilla Sandoval, Ana Brígida Clorinda Arias Álvarez (ambas del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm).
Vehículos medicinales
El primer lugar en el área de Desarrollo Tecnológico fue para Luis Eduardo Serrano Mora, candidato a doctor en Ciencias Químicas por la FES Cuautitlán, quien desarrolla nanoacarreadores lipídicos constituidos de aceites naturales que pueden llevar de forma más eficiente medicamentos para ayudar a las personas con problemas de arteriosclerosis.
Precisó que la primera causa de muerte en México estaba relacionada, en 2019, con isquemias y esto se vincula con arteriosclerosis lo cual, a su vez, presenta un nexo con altas concentraciones de colesterol en sangre las cuales pueden ser por diferentes factores, principalmente los estilos de vida que afectan a la población mexicana.
El principal tratamiento para este problema es el uso de estatinas, que incluyen compuestos como la atorvastatina, un fármaco útil pero que presenta una baja biodisponibilidad atribuida a su baja solubilidad y alto metabolismo.
Por ello, la propuesta del universitario implica el uso de nanopartículas para mejorar el tratamiento de hipercolesterolemia, mejorando la liberación del fármaco y aumentando su biodisponibilidad, al mismo tiempo de que los lípidos que constituyen el nanoacarreador actúan de manera sinérgica en la disminución de los niveles de colesterol.
Serrano Mora puntualizó: “Esto nos puede ayudar realmente a mejorar las terapias, haciéndolas mas eficientes teniendo impacto en aspectos económicos tanto para paciente como para la industria farmacéutica y lo mas importante mejorando el efecto terapéutico en el tratamiento de hipercolesterolemia.
Terapias mas eficientes podrían disminuir la dosis administrada lo cual reduciría los posibles efectos secundarios que causa la atorvastatina, precisó el investigador.
Vacuna contra SARS-CoV-2
Luis Alfonso Vaca Domínguez y su equipo en el IFC trabajan desde hace 20 años en el desarrollo de nanopartículas para vacunas con una fecha de caducidad muy larga respecto a las que hay hoy en día, y que fue probada al elaborar una vacuna contra el SARS-CoV-2, virus causante de la actual pandemia, la cual en animales ha mostrado una gran eficiencia.
Por ello, su trabajo obtuvo el segundo lugar en Desarrollo Tecnológico del Premio Canifarma, pues, además, ofrece ventajas como una fácil producción y purificación, no requiere refrigeración o congelación (como las que actualmente se aplican al público) lo que reduciría el costo de la vacuna hasta 70 por ciento.
Vaca Domínguez afirmó: “Podemos producir vacunas muy rápidamente, de tal manera que si surgieran nuevas variantes, podríamos generar la respuesta a ellas. Esta no será la última pandemia que vea la humanidad, surgirán otros virus y México debe estar preparado con tecnología de punta para responder a crisis sanitarias y pandemias de forma más eficiente y rápida con tecnologías propias y desarrolladas en nuestro país”.
En el laboratorio, la vacuna ha demostrado ya su efectividad en ratones, en los que se ha visto que se neutraliza la acción del virus SARS-CoV-2 e inclusive funciona con la variante delta del virus, es decir, funciona con la original del virus que surgió en China y la que más preocupa hoy en día a la Organización Mundial de la Salud.
Vaca Domínguez destacó que debido a que la fase clínica implica probarla en humanos, se requieren inversiones de millones de dólares y no es fácil que la UNAM pueda llevarlo a cabo, por eso se debe transferir la tecnología a una compañía farmacéutica que pueda realizarla, y posteriormente se podría obtener el permiso de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios para comercializarla.
El científico subrayó que la vacuna fue creada con chicos que está formando la UNAM, quienes desarrollan tecnología de punta en el ámbito mundial y ese es, per se, un gran mérito.
Ayuda contra lesión renal
Un trabajo que permitirá ayudar, a futuro, a las personas con lesiones renales agudas, es desarrollado por Norma Araceli Bobadilla Sandoval, del IIBm, quien obtuvo el segundo lugar en Investigación Básica.
La universitaria estudia una enzima llamada Sirtuina 7 (S7) y cómo su deficiencia o falta reduce la inflamación y el daño inducido por un episodio de lesión renal aguda.
La familia de las Sirtuinas, explicó, ha sido relacionada con el cambio y transcripción de genes. Se han identificado siete miembros que difieren en su estructura molecular, y localización en la célula, de los cuales, la menos estudiada es la 7, de la que se sabe tiene la capacidad de influir en el envejecimiento celular, el aumento de la supervivencia de la célula y puede tener un efecto en procesos de hipoxia (falta de oxígeno).
La científica enfatizó que en su laboratorio se probó que la deficiencia de S7 protege contra el daño producido por la isquemia, al reducir la albuminuria, el daño tubular, la elevación de citocinas proinflamatorias y reducir la infiltración de células inmunes. Por lo que estima que su inhibición podría ser un posible blanco terapéutico para reducir la inflamación renal en diferentes patologías renales.
Bobadilla Sandoval añadió: “La gran ventaja es que actualmente se cuenta con un inhibidor para Sirtuina 7 que se ha probado in vitro y no tardarán en conocerse los estudios in vivo, e incluso llegar hasta el paciente. Si logramos evitar la inflamación renal que se da durante un daño o lesión renal aguda, esto puede tener un impacto muy importante, pues la lesión renal aguda puede llevar a lesión renal crónica”.
Según el Instituto Nacional de Salud Pública, la enfermedad renal crónica es un padecimiento que suele ser olvidado, pero representa un grave problema de salud, ya que es la segunda causa más importante de años de vida perdidos en Latinoamérica, y se calcula que alrededor de 6.2 millones de mexicanos con diabetes tienen este problema en sus distintas etapas.
Mitocondrias contra alzhéimer
Mejor conocidas como las centrales energéticas para la célula, las mitocondrias podrían ser la clave para ayudar a pacientes con alzhéimer revela un estudio encabezado por Ana Brígida Clorinda Arias Álvarez, del IIBm, quien obtuvo el tercer lugar del Premio Canifarma en la categoría de Investigación Básica.
La especialista expuso que ya en un estudio previo su equipo determinó que en las terminales sinápticas, donde ocurre toda la comunicación entre las neuronas, las mitocondrias van disminuyendo su funcionalidad, es decir, se van deteriorando.
César Espino de la Fuente, alumno de doctorado, le propuso hacer un trasplante de mitocondrias sanas para reestablecer la producción de energía que requieren las neuronas para funcionar. Se centraron en un cultivo de neuronas del hipocampo, una región vulnerable, donde pusieron las neuronas con mitocondrias exógenas, encontrando que estas se incorporan a la neurona, a la red neuronal y aumentan su funcionalidad.
Arias Álvarez aclaró: “Tenemos experimentos preliminares ya in vivo, en ratones, y el siguiente paso es usar ratones que expresan proteínas relacionadas con la demencia de alzhéimer. Los primeros resultados in vivo son muy alentadores, porque encontramos la incorporación de mitocondrias exógenas en el tejido cerebral de ratones sanos, particularmente en el hipocampo”.
La investigadora del Departamento de Medicina Genómica y Toxicología Ambiental precisó que hay evidencia del uso de mitocondrias sanas en el tejido cardíaco de niños nacidos con dificultades serias de isquemia cardíaca, en los que se vio que mejoraba con mucho la cuestión de contracción cardíaca.
Debido a que las pruebas en animales iniciaron poco antes de la pandemia, se están retomando actualmente, y estima que llevar esta técnica a la clínica llevará tiempo, antes se debe comprender bien cómo es que funcionan las mitocondrias en un tejido viejo, relacionados con modelos de alzhéimer.
En la ceremonia de premiación, realizada por primera vez de manera virtual, estuvieron Rafael Gual Cosío, director general de Canifarma; Jaime Martuscelli, coordinador de asesores del Rector de la UNAM, y Edilberto Pérez Montoya, representante de la Academia Nacional de Ciencias Farmacéuticas.
Luis Alfonso Vaca. / Ana Brígida Clorinda Arias. Fotos: Archivo Gaceta UNAM y cortesía FES Cuatitlán.