Diciembre 7, 2022
Pedro Castillo, el recién destituido presidente de Perú, fue detenido por las autoridades instantes después de que el Congreso, que él mismo disolvió este miércoles, lo destituyera del cargo. Según trascendió, la detención fue posible gracias al bloqueo de varios vehículos policiales que lo interceptaron luego de que abandonara por la puerta de atrás el Palacio presidencial con su familia.
“Se dictan las siguientes medidas: disolver temporalmente el Congreso de la República e instaurar un gobierno de emergencia excepcional; convocar en el más breve plazo a un nuevo Congreso con facultades constituyentes para elaborar una nueva Constitución en un plazo no mayor de nueve meses”, había dicho Castillo horas antes en un discurso que fue retransmitido por televisión.
En ese mismo mensaje, anunció que se gobernaría mediante decretos ley hasta que se instaurara el nuevo Congreso. Además, decretó el toque de queda en el país, así como la reorganización del sistema de justicia, el Poder Judicial, el Ministerio Público, la Junta Nacional de Justicia, el Tribunal Constitucional.
Las decisiones de Castillo fueron interpretadas como un golpe de Estado. Al caos político se sumó que este mismo miércoles el Congreso debatiría una moción de destitución en su contra por “permanente incapacidad moral”.
Antes de su detención, el Gobierno de Joe Biden pidió “enfáticamente al presidente Castillo a revertir su intento de cerrar el Congreso y permitir que las instituciones democráticas de Perú funcionen según la Constitución”, al rechazar “categóricamente cualquier acto extraconstitucional del presidente” para impedir que el Congreso cumpla con su mandato.
Disuelve Congreso
El presidente de Perú, Pedro Castillo, anunció este miércoles en cadena nacional su decisión de cerrar el Congreso de la República e instaurar un «gobierno de excepción».
Castillo hizo el inesperado anuncio -que fue calificado de «golpe de Estado» por representantes de todo el espectro político- a pocas horas de que se discutiera una moción de vacancia en su contra, en medio de numerosas acusaciones en su contra por supuesta corrupción.
Poco después del anuncio, el Congreso dio inicio a una sesión extraordinaria en la que se está votando una moción de vacancia de Castillo por «incapacidad moral».
«Esta mañana, el señor Pedro Castillo, en abierta y flagrante violación de la Constitución, ha anunciado una írrita disolución del Poder Legislativo», dijo el presidente del Congreso, José Daniel Williams, al inicio de la sesión.
Una hora antes, Castillo, en un mensaje a la nación, aseguró que sus decisiones responden a la «obtrucción» que ha enfrentado su gobierno por parte del Poder Legislativo.
«En atención al reclamo ciudadano a lo largo y ancho del país, tomamos la decisión de establecer un gobierno de excepción orientado a establecer el estado de derecho y la democracia», expuso antes de anunciar las medidas que implica su decisión:
Disolver temporalmente el Congreso.
Convocar a elecciones de un Congreso constituyente.
Gobierno a partir de decretos ley hasta que no haya una nueva Constitución.
Toque de queda a nivel nacional de 22:00 a 04:00 a partir de este 7 de diciembre.
Reorganización del Poder Judicial y otros órganos de justicia.
Decomiso de armas en posesión ilegal de civiles.
«Se respetará escrupulosamente el modelo económico basado en una economía social de mercado», expuso el mandatario. «Se respeta y garantiza la propiedad privada».
Sobre la 01:30 PM hora local (18:30 GMT), la cadena RPP informó que el presidente Castillo abandonó el Palacio de Gobierno en compañía de Anibal Torres, uno de sus asesores.
Castillo asumió la presidencia en julio de 2021. Desde entonces ha enfrentado múltiples acusaciones de corrupción y se ha visto obligado a reemplazar su cartera de ministros en varias ocasiones.
Tras el anuncio del presidente, los ministros de Economía, Justicia, Trabajo y Relaciones Exteriores, así como el embajador de Perú ante la ONU, anunciaron su dimisión.El abogado de Castillo también anunció que renunciaba a representar a su cliente.
Poco después, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional emitieron un comunicado conjunto en el que anunciaron: «Cualquier acto contrario al orden constitucional establecido constituye una infracción a la Constitución y genera el no acatamiento por parte de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional del Perú».
¿Qué justificación dio Castillo?
En su mensaje de este miércoles, el cual pronunció con la banda presidencial puesta, Castillo dijo que sus decretos vienen ante «la nefasta labor obstruccionista de la mayoría de congresistas».
«Llevamos más de 16 meses de continua y obsequiada campaña de ataque sin cuartel a la institución presidencial, situación nunca antes vista en la historia peruana. La única agenda del Congreso desde el 29 de julio de 2021, en que juramente el cargo de Presidente de la República, ha sido y es la vacancia presidencial», expuso.
Castillo señaló que sus decisiones responden a la defensa de la mayoría que lo eligió en 2021.
Dijo que su gobierno ha invitado a la oposición al diálogo sin respuesta positiva. También criticó que el Legislativo no ha atendido los 70 proyectos de ley enviados por el Ejecutivo.
Al referirse a las acusaciones que han motivado varias mociones de vacancia, como la programada para este miércoles, dijo que no han tenido una justificación.
«El Congreso, sin pruebas, imputa al presidente comisión de delitos, muchas veces con las solas afirmaciones hechas en la prensa mercenaria, corrupta y cínica, que injuria, difama y calumnia con un absoluto libertinaje», señaló.
Después de poco más de un año de gobierno y de un pulso permanente con sus rivales en el Congreso, el presidente Pedro Castillo tomó una decisión drástica, inesperada y que muchos consideran autoritaria.
Con su decisión de cerrar el Congreso, Castillo se adelantó a los congresistas, que hoy mismo iban a debatir una nueva moción para sacarlo del cargo, y emuló a Alberto Fujimori, que tomó una decisión similar en 1992. Sorprende que Castillo siga los pasos del dirigente al que él y los suyos culparon siempre de los males del país.
Sea como sea, nadie puede asegurar que esto vaya a garantizar su supervivencia política ni que Castillo cuente con los medios para imponer el gobierno de excepción que anunció.
Lo único claro en Perú a esta hora es que en la batalla entre Castillo y el Congreso ya solo puede quedar uno. Es un momento terminal para Perú. Y una escalada aún más peligrosa en la crisis institucional del país.