Noviembre 22, 2022
Pablo Milanés, el más romántico de los trovadores, ha fallecido en Madrid a los 79 años, según ha informado su agencia de representación. El cantautor de Bayamo se encontraba en nuestro país desde 2017 para recibir un tratamiento de cáncer «inexistente» en Cuba el cual le exigió instalarse en la capital española.
«Con gran dolor y tristeza, lamentamos informar de que el maestro Pablo Milanés ha fallecido esta madrugada del 22 de noviembre en Madrid. Agradecemos profundamente todas las muestras de cariño y apoyo, a toda su familia y amigos, en estos momentos tan difíciles. Permanecerá eternamente en nuestra memoria», explica un comunicado difundido en las redes sociales del artista.
Cubano revolucionario, cubano crítico, Milanés fue fundador de la Nueva Trova, un movimiento musical nacido tras el advenimiento de la Revolución castrista que se enraizaba en la vieja trova del país con el aliño político de los nuevos tiempos en la perla del Caribe. Sus gafas de miope eterno nunca dejaron de ver con cariño su tierra de la que, pese a sus últimos y grandes recelos socialistas, jamás se alejó en sus afectos.
La Nueva Trova, el viejo desengaño
La Nueva Trova fue una nueva corriente musical encabezada por Silvio Rodríguez, Noel Nicola y el propio Milanés, a partir del año 68, que logró hacerse un hueco dentro del competido mapa de la música de la isla. «Nos ganamos una posición y una manera de hacer las cosas al incorporar a nuestras canciones todo lo que nos tocó vivir como generación, política, histórica y culturalmente», dijo en una entrevista en ABC en 2005.
Sin embargo, lo que un día fue amor en amargor se volvió. Milanés, que llegó a ser miembro de la Asamblea Nacional cubana, renegó de ir un paso más allá en el aparato comunista y complejizó su posición: «Por supuesto que mi visión política de las cosas no es la misma hoy que en los sesenta. Entonces los análisis eran más sencillos, quizá más sentimentales. Fueron tiempos muy hermosos», nos explicaba al inicio del milenio.
Y aunque aseguraba no ser un «adicto» al régimen cubano («siempre hay cosas que matizar, siempre hay margen para las críticas o para las apologías»), Milanés parecía tener las cosas claras entonces: «En esencia me sigo considerando un revolucionario; ha cambiado la Historia, pero yo no».
Pero su relación con Rodríguez se empañó al punto de lanzarse pullas cruzadas por conflictos como el trato del Régimen Castrista a las Damas Blancas allá por 2011 o la defensa de las libertades individuales. En aquel entonces el autor de ‘Ojalá’ apuntaba que compartía el fondo de algunas críticas pero no la forma («burda y desmorada») y recordaba que Milanés y él llevaban 20 años sin verse ni hablar por teléfono. «El Pablo que conozco tiene casi un cuarto de siglo de retraso», dijo.
Milanés comenzó su labor compositiva, primero con carismático peinado afro y luego sin peinado alguno, con ‘Tú, mi desengaño’, canción debut de 1963 que daría pistoletazo de salida a una carrera que le convertiría en un nombre tan propio como imprescindible de la música cantada en español de las últimas seis décadas, con más de 40 álbumes en el morral. Antes de todo ello había participado en grupos vocales como el trío Los Armónicos, el conjunto Sensación y el Cuarteto del Rey, agrupación de negro spiritual, un tipo de canto cristiano, y en donde ya tuvo un papel protagonista.
Recordemos que en su extensa y brillante trayectoria ganó dos Grammy Latinos (2006) y una estatuilla a la Excelencia Musical (2015), y colaboró con numerosos gigantes a ambos lados del Atlántico, como Luis Eduardo Aute, Mercedes Sosa, Chico Buarque, Víctor Manuel, Ana Belén, Chucho Valdés, Fito Páez, Joaquín Sabina o Joan Manuel Serrat.
Cinco esposas a las que cantar
Algunos de sus grandes éxitos fueron ‘El breve espacio en que no estás’, Ámame como soy’ o su gran clásico universal ‘Yolanda‘, la canción con más reproducciones en Spotify del músico, más de 20 millones, en la que cantaba a su segunda esposa esos indelebles versos tan sentidos de «Te amo, te amo (eternamente te amo)».
Pablito Milanés, como se le conocía en su amada Cuba, cantó realmente canciones de amor a sus cinco amores, a sus cinco esposas. Con cada nuevo nombre amatorio en su vida, una canción. Compuesta o dedicada. Así a Olga, le cantó ‘Olga’; a Yolanda le escribió ‘Yolanda’ pero antes le había dedicado ‘Yo no te pido’; a Zoe le dedicó una que llamó ‘Amor’ y otra que llamó ‘Comienzo y final de una verde mañana’; a Sandra, una que llamó ‘Sandra’; y a Nancy Pérez, como es gallega de Mazaricos (La Coruña), una llamada ‘El largo camino de Santiago’ y también ‘Regalo’ o, en su última gira este mismo 2022, ‘Cuando tú no estás’.
Precisamente, Olga, la primera, fue la que tuvo que sufrir con el encarcelamiento de su marido en las UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción) de Fidel Castro, adonde fue tras el engaño de decirle que iba a cumplir el servicio militar. Su desesperación allí se la trasladó en una carta a su mujer: «No lo soporto más, estoy a punto de cometer una locura». Finalmente, Milanés se fugó. Y contó, según rememora Mari Cruz Magdaleno en un artículo este julio, que aquel lugar era «un campo de concentración estalinista. Pero a mí no me llevaron por homosexual, drogadicto o contrarrevolucionario, sino por mis opiniones respecto a la revolución que expresaba libremente donde me parecía». En 2015 declaró que todavía estaba esperando que el gobierno cubano le pidiera perdón por lo que pasó allí, «porque para un chaval de 23 años aquello fue brutal».
Por esto y por lo otro, ya sea vivido en carne propia u observado, en su devenir musical Milanés fue optando totalmente por el ‘filin’, otro género cubano al que se adscribió desde sus inicios, vinculado obviamente a los sentimientos y la emoción, y desertando poco a poco de la Revolución y la política en sus canciones, apostando por sonidos que iban desde la tradición a la modernidad y abarcando jazz, rumba, el bolero o el son. «Hablar de política envenena cualquier conversación sobre el arte. Yo no hablo ya de política ni con los amigos», declaraba en 2019 a Clarín en un proceso de desideologización pública ya cerrado.
Que incumplió, claro. El año pasado, Milanés criticó duramente la represión y el hambre a los que está sometido el pueblo cubano por el «fracasado» Gobierno de la isla y se mostró confiado en que los jóvenes serán el «motor» de cambio en su país. «Es irresponsable y absurdo culpar y reprimir a un pueblo que se ha sacrificado y lo ha dado todo durante décadas para sostener un régimen que al final lo que hace es encarcelarlo», se lamentaba el trovador en su cuenta de Facebook.
Tras su hospitalización hace tres meses, Milanés se vio obligado a cancelar algunos conciertos previstos para las entonces próximas semanas, entre los que estaba programado uno en Pamplona el 13 de noviembre, así como en Ciudad de México o Santo Domingo.
Con información de ABC