Enero 02, 2022
A fin de monitorear y estudiar el fenómeno sísmico en las zonas centro y norte del país, la UNAM, a través del Centro de Geociencias (CGEO), ubicado en el campus Juriquilla, estableció la Red Sísmica Permanente de Querétaro.
Esta Red nos ayuda a caracterizar, principalmente, los sismos de Querétaro. Sin embargo, también tiene la capacidad para registrar temblores de Veracruz, Nuevo León, Aguascalientes, Hidalgo, San Luis Potosí y el Estado de México, siempre y cuando rebasen una magnitud 4.5.
“Además, estamos expandiendo y complementando la Red con acelerómetros de bajo costo que hemos instalado en estaciones en Guanajuato, San Luis Potosí, Zacatecas y Colima”, explicó el cocoordinador de la Red, Víctor Hugo Márquez Ramírez.
La Red está integrada por 10 estaciones de banda ancha y de periodo intermedio, las cuales detectan movimientos telúricos fuera del estado, a partir de magnitud 4.5 en el país y 5.5 a nivel global.
Asimismo, con 20 acelerómetros de bajo costo se podrán caracterizar los movimientos del terreno, principalmente en zonas urbanas, causados por actividades humanas como el tráfico, el impacto de importantes fuentes de energía. El uso de varios equipos permite establecer su relación con el hundimiento en áreas urbanas y su efecto en la infraestructura.
Con la red de Querétaro también se busca mejorar la información hacia la población en general, desplegar instrumentos en escuelas, divulgar la importancia e impacto del estudio de la sismicidad en México, entre otros aspectos, agregó Márquez Ramírez.
Más equipos
A su vez, el investigador Juan Martín Gómez González subrayó que es necesario establecer mayor número de redes y estaciones de monitoreo sísmico en México, pues las que hay son insuficientes y tiembla en 90 o 95 por ciento del territorio nacional.
“En Costa Rica, con un territorio 12 veces más pequeño que la República mexicana, hay 300 estaciones, mientras que en el Servicio Sismológico Nacional se cuenta con 64. En la parte sur de California, Estados Unidos, hay cerca de mil 500 estaciones y es la quinta parte del territorio mexicano”, argumentó.
Algunos equipos de la Red Sísmica Permanente fueron adquiridos -en diferentes periodos- con recursos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT). También recibieron apoyo del gobierno estatal, a través de la Coordinación Estatal de Protección Civil de Querétaro, de municipios y de particulares.
En tanto, los acelerógrafos se obtuvieron en 2019 con otro apoyo del CONACYT; se instalaron en universidades, centros de investigación, escuelas, centros culturales, espacios públicos y algunos predios privados.
Los expertos señalaron que buscan continuar con la expansión y colocar, al menos, dos acelerógrafos en cada uno de los 18 municipios de Querétaro e instalar más en otras entidades.
“Hay zonas del país donde no hay estaciones y han ocurrido algunos eventos pequeños, incluso ‘enjambres sísmicos’, que son series prolongadas de eventos como los ocurridos en Guanajuato, en 2021. El origen de estos puede ser por movimiento relativo de fallas.
“Los acelerógrafos del CGEO también se han usado para monitorear un enjambre asociado al vulcanismo en Tancítaro, Michoacán, en 2020 y 2021. Allí no había estaciones cercanas, lo que dificulta localizar los eventos. Al desplegar equipos cerca de las fuentes se facilita tener la ubicación más precisa de la sismicidad, saber dónde ocurrió el evento, cómo se propaga la energía y cómo evoluciona la sismicidad, de ahí la necesidad de densificar las estaciones”, añadió Márquez Ramírez.
Los universitarios detallaron que México tiene la mayor parte de sus estaciones desplegadas hacia las costas del sur del país, donde se registra la mayor tasa de sismicidad y también ocurren los eventos más grandes. Sin embargo, es importante estudiar la sismicidad de magnitudes pequeñas en otros estados porque puede ser peligrosa. “Un sismo de magnitud 4 o 5 de una zona urbana, a una profundidad somera, puede causar daños importantes”.
Las redes densas permiten tomar con detalle el pulso de la Tierra, saber dónde tiembla y dónde se pueden generar más sismos grandes.
El académico Gómez González destacó que la información generada por la Red, además de permitir investigar, es de gran utilidad para las coordinaciones estatales de Protección Civil y de los municipios. En Querétaro algunos de los equipos instalados fueron adquiridos por la coordinación estatal, años atrás.
“Hay muchos otros fenómenos además del sísmico, en los cuales nosotros podemos intervenir y ayudar a la sociedad. Por ejemplo, el aeropuerto de Querétaro no tiene ni una estación sísmica, infraestructura como esa debe estar monitoreada permanentemente. Querétaro tiene alrededor de 45 parques industriales y cada uno debería contar, al menos, con un equipo de bajo costo, así como cada escuela, universidad, hospitales y demás lugares de alta concentración de la población”, remarcó.
“Si somos capaces de ir a buscar información a otros planetas para adquirir nuevo conocimiento sobre el origen del Universo ¿Por qué no buscar alternativas que nos permitan un mejor conocimiento del interior de la Tierra y una mayor seguridad para la población? Aún falta mucho por conocer sobre el fenómeno sísmico”, insistió.
El experto destacó la vocación de colaboración nacional e internacional que hay en el CGEO. Muestra de ello es que en 2020 la estación de banda ancha del campus Juriquilla se trasladó al Centro de Enseñanza, Investigación y Extensión en Producción Animal en Altiplano, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, en el municipio de Tequisquiapan, y sus datos se comparten con el Servicio Sismológico Nacional y con el consorcio de Instituciones de Investigación Incorporadas para Sismología IRIS -por sus siglas en inglés-, de Estados Unidos.