Mayo 17, 2022
Por UAM
La sostenibilidad de las grandes ciudades se logra aprovechando la coyuntura de las nuevas tecnologías para favorecer el acceso al conocimiento y a su aplicación novedosa, sostuvo el doctor José Antonio De los Reyes Heredia, rector general de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) durante la inauguración del XVII Seminario de Urbanismo Internacional, organizado por la Unidad Azcapotzalco de esta casa de estudios.
El doctor De los Reyes Heredia subrayó que es precisamente en este aspecto donde yace la importancia de las instituciones de educación superior, pues su labor es transversal, en un esfuerzo global que involucra a gobiernos, al sector privado, a la sociedad civil, a autoridades locales y a organizaciones internacionales para desarrollar urbes sostenibles.
Al dar la bienvenida a los participantes, el Rector General celebró que la convocatoria correspondiente al presente año haya logrado reunir a una treintena de expertas y expertos de la academia, la iniciativa privada y del sector público de 13 países de América Latina y Europa.
Siguiendo el esfuerzo realizado el año pasado, este 2022 habrá cinco “nodos”, uno en la ciudad de Oaxaca, tres en Bolivia y dos más en Colombia, los cuales constituyen la red del Seminario.
En la tercera década del siglo XXI –a la que el mundo tuvo que ingresar enfrentando una pandemia– son la ciencia y la innovación las que “nos permitirán dotar de utilidad pública el conocimiento generado”.
Y es el urbanismo una de las disciplinas en la que esta premisa puede visibilizarse de manera más clara, al transformar los entornos en espacios sustentables, sostenibles y socialmente incluyentes, subrayó.
Al dictar la conferencia de apertura del seminario, la doctora Elizabeth Espinosa Cervantes, jefa del Área de Arquitectura y Urbanismo internacional de la Unidad Azcapotzalco, advirtió que con la extensión de la malla electrónica de la digitalización se está produciendo un modelo de espacio público que afecta las prácticas comunes en la ciudad y sus habitantes y está disminuyendo la dicotomía entre lo público y lo rural.
La globalización está “uniendo” a estos dos mundos, definiendo un nuevo modelo de metrópoli en cuyo centro cada vez hay menos lugar para determinados colectivos sociales y los sitios públicos que existen se utilizan en forma diferente a como fueron diseñados.
Otro efecto de la revolución tecnológica en la forma de vivir los espacios urbano y rural es la falta de una identidad común, ya que a medida que se confía cada vez más en los recursos técnicos para hallar respuestas, “nuestra capacidad para buscar información por nosotros mismos disminuye”, ya que “no reconocemos elementos significativos para orientarnos y adquirir identidad”.
Por ejemplo, se aprende a confiar en una aplicación para llegar a un lugar y con el tiempo “nos basamos a ciegas en lo que dice y si el teléfono falla, nos encontramos perdidos”.
Un patrón de desigualdad en estos ámbitos es el promedio de conectividad en la ruralidad, que equivale a la mitad de lo disponible en las áreas urbanas, por lo tanto, limitaciones de infraestructura y marcos regulatorios obsoletos dificultan la implementación de políticas para acelerar la inclusión digital en la ruralidad.
Los avances tecnológicos que se han producido en las últimas décadas han facilitado el acceso a grandes volúmenes de información, lo que a su vez ha hecho más complejo su manejo, al mismo tiempo que el componente espacial de los datos ha ido adquiriendo cada vez más relevancia.
La doctora Espinosa Cervantes explicó que hoy “ya tenemos las herramientas tecnológicas” que son útiles en diversos campos, pero ¿las usamos adecuadamente?
De acuerdo con la especialista, aunque “estamos en una etapa temprana de la transición tecnológica para garantizar que la elaboración de estas herramientas tenga los efectos deseados en las ciudades y en los territorios, es necesario determinar las pautas de intervención de la administración pública.
Es decir, “detallar una política pública que fije el marco de referencia, incluyendo la definición de normas jurídicas, el establecimiento de estrategias y el desarrollo de instrumentos de planificación y gestión que permitan aprovechar las oportunidades y beneficios de este cambio tecnológico y reducir al máximo las externalidades negativas.
Los rápidos avances tecnológicos unidos a la creciente complejidad de los procesos urbanos, requieren la identificación de políticas clave y enfoques de planificación que permitan a las instituciones públicas y responsables de la administración la toma de decisiones de interés colectivo.
Estas medidas pueden agruparse en financieras y fiscales, políticas regulatorias, de planeación urbanística y de movilidad, así como la provisión de infraestructura y servicios públicos y estrategias educativas orientadas a la sensibilización.
La necesidad de encauzar la transición desde una política espacial, precisa nuevas formas de planificación urbanística que respondan a un esquema de ordenación más integrado, proactivo y flexible.
Todos los debates sobre tecnología y efectos en la ciudad pueden parecer abstractos y lejanos, pero la perspectiva muy real de modificaciones en la conectividad, en la actualización del empleo, en la desigualdad y en el rompimiento de las comunidades, entre otros efectos, no debe dejar indiferente a nadie en un mundo inundado de información. Es necesario reflexionar qué está ocurriendo en el mundo y cuál es el significado de estos acontecimientos.
En la inauguración del Seminario estuvieron también los doctores Oscar Lozano Carrillo, rector de la unidad Azcapotzalco; Luis Soto Walls, jefe del Departamento de Evaluación del Diseño en el Tiempo, y Sergio Padilla Galicia, coordinador del seminario.
Las actividades del XVII Seminario de Urbanismo Internacional. Ciudad de innovación. Acciones ante los desafíos ambientales y la disrupción tecnológica continuarán hasta el 20 de mayo.