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Israel prepara la invasión de Gaza en tanto Irán advierte: “Paren antes de que sea demasiado tarde”

Octubre 14, 2023

«El objetivo final es que Hamás deje de gobernar la Franja de Gaza», reconoció a última hora de este sábado un portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel. Superada la prórroga del ultimátum y con decenas de miles de personas dirigiéndose aún hacia el sur de Gaza, un imponente despliegue de tropas aguardaba en la frontera la orden del primer ministro Benjamin Netanyahu para iniciar la incursión terrestre.

Las tropas israelíes dicen prepararse para las próximas fases de la guerra, «haciendo hincapié en importantes operaciones terrestres»

«Con el apoyo de un amplio esfuerzo logístico y cientos de miles de reservistas reclutados, los miembros de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, por sus siglas en inglés) se preparan en estos momentos para poner en marcha una amplia gama de planes operativos ofensivos, que pueden incluir ataques combinados y coordinados desde aire, mar y tierra», informó el ejército israelí en un comunicado que rehuyó marcar la fecha y hora del inicio de la invasión. «No puedo aportar más detalles de la operación. En cuanto el Gobierno decida, estaremos listos para la incursión terrestre con la misión de restablecer la seguridad y recuperar a los rehenes», declaró el teniente coronel Peter Lerner, uno de los portavoces castrenses israelíes. «Hamás no va a ser capaz de gobernar la Franja de Gaza», recalcó.

«Los batallones y soldados de las IDF están desplegados por todo el país y están aumentando su preparación operativa para las próximas fases de la guerra, haciendo hincapié en importantes operaciones terrestres», añadió la nota. A media tarde de este sábado, Benjamin Netanyahu visitó un destacamento militar. «Con nuestros combatientes en la Franja de Gaza, en primera línea. Estamos todos listos», escribió en su cuenta de la red social X, anteriormente Twitter.

Netanyahu, que sumó a su Gobierno de unidad a Avigdor Lieberman de Yisrael Beiteinu, afronta «la próxima fase» del escenario bélico sin aplacar las críticas tras los fallos de seguridad que dejó al desnudo el ataque de Hamás el pasado 7 de octubre. Familiares de civiles y soldados secuestrados protestaron en Tel Aviv exigiendo su rescate y sin escatimar en críticas hacia el líder del Likud. Según las últimas encuestas, cuatro de cada cinco israelíes responsabilizan del ataque al actual Gobierno y se decantan por la opción de que Netanyahu renuncie tras la contienda.

Hamás llama a resistir: «No habrá éxodo»

Una misión «ambiciosa», en palabras del asesor de seguridad nacional israelí Tzachi Hanegbi. «No habrá gobierno soberano de Hamás en Gaza después de la batalla», agregó este sábado en declaraciones a la prensa desde Tel Aviv. El plan de «eliminar las capacidades de Hamás» y a sus líderes, que controlan la Franja tras vencer en las elecciones en 2006, dejaba pocas dudas de la intención de invadir un territorio habitado por 2,2 millones de personas y que cumplió este sábado una semana de intensos bombardeos que, según cifras del ministerio de Sanidad de Gaza, ha segado más de 2.200 vidas, con los heridos superando la barrera de las 8.000 personas. Unas cifras que se equiparan ya al balance de víctimas mortales palestinas del conflicto entre Hamás e Israel de 2014, que duró seis semanas.

Una semana de bombardeos israelíes deja ya más de 2.200 muertos en Gaza

Desde su cuartel general en Doha (Qatar), el líder de Hamás Ismael Haniyeh llamó a los suyos a resistir. «Vamos a permanecer en Gaza. No se va a producir una emigración hacia Egipto o Cisjordania», dijo confiado tras denunciar «el genocidio» que firma Israel con «el apoyo de la administración estadounidense y algunos países europeos que practican el doble rasero». Tel Aviv, por su parte, acusó a Hamás de obstaculizar la evacuación de más de un millón de palestinos del norte de Gaza y divulgó fotografías de lo que parecía el bloqueo con vehículos de las rutas hacia el sur de la Franja.

Egipto mantiene el cierre del paso fronterizo

Al cierre de esta edición, Egipto mantenía cerrado el paso fronterizo de Rafah, la única conexión de Gaza con el exterior no controlada por Israel, a pesar de las negociaciones con mediación de Estados Unidos y Qatar para permitir la salida de residentes extranjeros en Gaza y palestinos con doble nacionalidad. El Cairo insistía en que, a cambio de abrir el paso, Tel Aviv debía autorizar la entrada de la cada vez más nutrida caravana de ayuda humanitaria que desfiló hacia la frontera para aliviar la catástrofe humanitaria que denuncian agencias de la ONU y ONGs. Cientos de personas esperaban anoche en el lado gazatí de la frontera.

El arsenal de Hamás: cohetes reciclados y armas iraníes

Hasta cinco aviones con ayuda humanitaria han aterrizado en los últimos días en el aeropuerto de la ciudad egipcia de Al Arish, cercana a la frontera con Gaza. Ninguno de sus cargamentos ha podido alcanzarla. «Cada hora que estos suministros sigan en el lado egipcio de la frontera, más niñas y niños, mujeres y hombres, especialmente los vulnerables o discapacitados, morirán», advirtió Tedros Adhanom, el jefe de la Organización Mundial de la Salud, uno de los organismos internacionales que aguardaba el plácet para distribuir el cargamento en Gaza, en mitad de un asedio total que ha dejado a sus habitantes sin suministro de electricidad, agua, alimentos o medicamentos y sin refugio seguro para permanecer a salvo de los continuos ataques aéreos.

Con la agónica escasez de combustible amenazando su funcionamiento, los hospitales de Gaza eran testigos de escenas dantescas. A última hora de la tarde, el hospital Al Ahli de Gaza, gestionado por la diócesis episcopal de Jerusalén, fue alcanzado por el plomo. «Los hospitales se están quedando sin medicinas. Las morgues están desbordadas», alertó Martin Griffiths, adjunto del secretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios. «Me temo que lo peor está aún por llegar. La situación humanitaria en Gaza, ya de por sí crítica, se está volviendo rápidamente insostenible». Médicos Sin Fronteras reclamó al Gobierno israelí «que muestre la humanidad más elemental». «La orden dada a casi 1,1 millones de personas de trasladarse en pocas horas a un territorio ya superpoblado con acceso precario a alimentos, agua y atención sanitaria es tan absurda como intolerable», arguyó.

La frontera con el Líbano se caldea

Entretanto, la frontera norte también se caldeó. Durante la jornada de este sábado emergieron informes del lanzamiento de cohetes desde el lado libanés, donde operan los milicianos de Hizbulá con apoyo de Irán tras la muerte la víspera del periodista de Reuters Issam Abdallah bajo fuego israelí. Dos civiles libaneses perdieron la vida en un ataque aéreo israelí en una población cercana a la frontera y Hizbulá anunció la muerte de uno de sus milicianos en escaramuzas con el ejército israelí.

El ejército israelí se moviliza también en el norte por «si el frente se activa»

«Hemos movilizado a más de 300.000 reservistas en preparación para la incursión terrestre. Nos estamos desplegando en el sur pero también vigilando con detalle la frontera del norte. Hemos registrado varios ataques de Hizbulá y estamos tomando las preocupaciones necesarias por si ese frente también se activa», reconoció el portavoz militar israelí.

Una posibilidad cada vez más cercana con la que amenazó Teherán este sábado en boca de su ministro de Asuntos Exteriores, Husein Amir Abdollahian. «Quiero advertir a los criminales de guerra y a quienes apoyan a esta entidad [Israel] antes de que sea demasiado tarde para que detengan los crímenes contra civiles en Gaza, porque puede que sea demasiado tarde dentro de pocas horas», voceó desde Beirut tras reunirse con el líder de Hizbulá, Hasán Nasralá. El funcionario iraní alertó de las repercusiones para Oriente Próximo de la entrada en combate de la milicia chií libanesa. «Conozco los escenarios que Hizbulá ha puesto en marcha. Cualquier paso que dé la resistencia [en referencia al movimiento libanés], provocará un gran terremoto en la entidad sionista».

Estados Unidos corteja a los líderes árabes

En mitad del tañido de los tambores de guerra y el incremento de la tensión regional, la administración Biden buscó este sábado el apoyo de los países árabes, colocados en una posición extremadamente incómoda, entre la espada del sentimiento pro-palestino de sus opiniones públicas y la pared de su impopular acercamiento a Tel Aviv.

El acuerdo de Arabia Saudí e Israel que detona la escalada

El secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, firmó un maratón por las monarquías del golfo Pérsico con encuentros en Doha, Riad y Abu Dabi. El jefe de la diplomacia estadounidense, que volvió a esgrimir «el derecho a defenderse de Israel», dijo trabajar para establecer «zonas seguras» en Gaza y «un corredor para que la ayuda humanitaria pueda llegar a la gente que la necesita».

Su homólogo saudí, el príncipe Faisal bin Farhan, instó a «desescalar rápidamente la situación para restablecer rápidamente la paz, al menos detener las armas, y luego trabajar para abordar también los desafíos humanitarios». El ataque de Hamás y la respuesta israelí han enviado al cajón el histórico acuerdo que, con la complicidad de Washington, urdían Riad y Tel Aviv para normalizar sus lazos diplomáticos. Un damnificado más de la semana que situó a Oriente Próximo y décadas de deudas nunca saldadas al borde del enésimo precipicio. (Co in formación de El Independiente.com)

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