Junio 17, 2023
Por Russell G. G. Arjona Tamayo
Continuar el proceso iniciado desde hace ya muchos años. Darle persistencia pero al mismo tiempo seguir la lucha y hacer drásticos cambios del lastre del pasado y del presente sería para mí un primordial imperativo.
Muchas cosas podríamos puntualizar mal hechas ya que no vivimos en un régimen político perfecto y sería insano decir que no hay que mejorar muchísimas, pero muchísimas cosas que están arraigadas en las raíces del México moderno y, aquí se me viene a la mente la fábula del Lobo, el Conejo y la Vaca. No todo el que te tira Mierda es tu enemigo ni todo el que te saca de ella es tu amigo.
Ya el movimiento de transformación en el lenguaje cotidiano se habla como un movimiento de vanguardia del pasado. Y aquí hago un paréntesis para señalar que no es mi deseo que regresemos al pasado, pero tampoco es mi aspiración que las cosas se queden así tal cual está en el presente. No, hay cosas que veo y he observado, vivido y palpado objetivamente que simple y sencillamente no me gustan y no me cuadran, “susurrándome al interior que los que están en los escalones de arriba ni les interesa lo que pienso ya que no soy parte de su aldea”.
Entre lo que pienso es que tiene que haber un constante cambio y, como la bicicleta, las ruedas tienen que girar para ir a su destino. No encasillen el hecho de que la transformación viene del movimiento. No, muchos hasta fueron injustamente expulsados por menos de 30 monedas. En suma, hay mucho más gente honesta fuera del movimiento que dentro de él. Esa gente solo observa y al final, en el 2024 actúa.
Ojalá y no nos quieran dorar la píldora de que lo que el pueblo necesita es honestidad y no riquezas. Que el hombre, cuando va a comprar una medicina para sus seres queridos no pide medicamentos para el alma, que ésta la pierde cuando escucha los precios que con el dinero de sus quincenas no le alcanza. Desde niños fuimos educados para escuchar esos discursos baratos.
Hay que fortalecer otro pensamiento pero este, trataremos de encontrarlo en los que quieren continuar u otros que quieren transformar, dependiendo de su visión social, política y filosófica. Por el momento, concluyo, evitar caer en demagogia y actitudes perdonavidas del pasado y del presente.
