Julio 8, 2019
Por UNAM
El asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moïse, es consecuencia de décadas de crisis que ha enfrentado ese país, sobre todo en materia política, social, económica y de la creciente inseguridad en el último año. La madrugada del 7 de julio de 2021, un grupo de personas armadas irrumpió en el domicilio del Mandatario en un barrio de Puerto Príncipe, la capital, y lo asesinó.
Jovenel Moïse estaba envuelto en un conflicto político dado que en 2015 las elecciones fueron polémicas con acusaciones de fraude, por lo que se nombró un presidente interino desde febrero de 2016, y las autoridades electorales reconocieron la victoria hasta 2017. Moïse asumió el cargo el 7 de febrero de 2017. El periodo presidencial en Haití es de cinco años, por lo que Moïse aseguraba que su mandato debía terminar el 7 de febrero de 2022, mientras que la oposición reclamaba que debía ser el 7 de febrero de 2021, fecha en que terminó la presidencia de su predecesor.
También enfrentó un año turbulento en 2019 marcado por protestas sociales por la crisis económica, el aumento en los precios del combustible, y el escándalo de corrupción por la supuesta malversación de 3 mil 800 millones de dólares en subsidios provenientes de PetroCaribe, una iniciativa venezolana para vender petróleo a países del Caribe a precios bajos y créditos, a fin de impulsar el desarrollo de la región. Las protestas se realizaron en todo el país, con paros en empresas e instituciones públicas de Haití.
Décadas de crisis
Para el maestro David García Contreras, Secretario Técnico de la Carrera de Relaciones Internacionales en la FES Aragón, Haití es un país que se ha mantenido en la zozobra, por varias décadas y ahora enfrenta el asesinato de su presidente a sólo dos meses de las elecciones.
Haití, “el primer país de Latinoamérica que consiguió su independencia en 1804, es un país en el que en las últimas décadas, las crisis han sido recurrentes”, comenta García Contreras, y añade: No olvidemos que Haití tuvo en el siglo XIX más de 57 gobiernos, todos de tendencia dictatorial, además de la presencia de Estados Unidos, la inestabilidad política, la ausencia de instituciones fuertes, de consolidación de la democracia, y aunque a finales de los 90 parecía llegar la luz, se empañó con crisis sucesivas en el país”.
La región está blindada, pero es necesario ayudar
Sobre si hay, o habrá afectaciones en la región del Caribe, o Latinoamérica, el especialista en Relaciones Internacionales comenta que “la región no ha tenido afectaciones, tenemos por ejemplo a República Dominicana, geográficamente está al lado, pero está muy bien blindada, porque ya se sabe que estas crisis son recurrentes: huracanes, hambruna, brotes de cólera, el terremoto de 2010, pobreza extrema, y la pandemia, que ha hecho estragos”.
Las posturas internacionales, van en el sentido que ya se han pronunciado, comenta el maestro García Contreras: la idea es prestar ayuda, pero la región está blindada, aunque no sabemos hacia dónde va el gobierno.
“Al morir el Mandatario, el presidente de la Suprema Corte tiene que tomar el poder, pero éste falleció hace unos días, por lo que el Parlamento tendría que decidir, pero éste fue disuelto por el Presidente hoy asesinado, por lo que la situación hace posible que alguien con fortaleza militar pueda acabar tomando el poder. La comunidad internacional debe vigilar que esto no ocurra”, señala el especialista.
En este momento, comenta el investigador, “se ha establecido un estado de sitio, para tratar de mantener el orden con el ejército. Es un momento muy crítico y las próximas horas son vitales. Lo que haga o deje de hacer la comunidad internacional será muy importante”.
“México debe refrendar su apoyo a Haití, ya lo ha hecho en ocasiones anteriores, ha dado siempre ayuda humanitaria, mandando soldados, policías, ese es el papel que le toca, a México, a Latinoamérica, y al mundo. Una tragedia de esa naturaleza siempre será de importancia”, termina García Contreras
