Julio 16, 2023
Los más grandes tenistas de la historia, Rod Laver, Bjorn Borg, Jimmy Connors, Pete Sampras, Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic tienen algo en común: ganaron en el templo del tenis mundial, Wimbledon.
Este domingo un chico de 20 años de edad desafió allí al máximo ganador de grandes de la historia, Nole (23), quien buscaba empatar a Federer como máximo ganador del abierto inglés con ocho. Le derrotó con la desfachatez propia de los elegidos.
Si alguien tenía dudas de que Carlos Alcaraz está dotado del gen de los campeones, debió abortar esa aberración luego de verle celebrar su segundo grande (ya ganó el US Open en 2022) sobre el tapete verde de la pista central del All England Club.
El robot serbio llevaba 10 años sin perder allí hasta que el «Chico Maravilla» llegó a desafiarle, para conservar el número uno del ranking ATP por vigésimonovena semana.
No fue una victoria cualquiera. El murciano escribió con tintes épicos la caída de un dios del deporte de la raqueta.
Luego del primer set, parecía que la talla del compromiso quedaba ancha al joven español, que sucumbió con holgado 1-6 frente al veterano de 23 grandes y 36 años de edad.
Una diferencia de 16 primaveras y 22 grand slams (tantos como ganó su compatriota Nadal) les separaba en el libro de la historia, pero en el césped sagrado de Inglaterra solo la red dividía al gigante del retador, que supo entender muy bien el arte de la guerra.
Ese no es otro que el del engaño y la sorpresa, y el de desgastar al oponente hasta someterlo. Así sucedió.
Dos quiebres en el primer juego inclinaron la balanza para el serbio. El español apenas intentó entender qué sucedía, mientras mandaba pelotas al revés del contrario, acaso una de sus armas más fuertes, hasta el aplastante desenlace.
En el segundo set abortó los intercambios largos, propio de la guerra de desgaste, y luego del ablandamiento comenzó la magia con dejadas espectaculares y alguna que otra delicadeza que hizo aplaudir al mismo Djokovic, quien imitó al público, abiertamente del lado del español.
Entonces llegó el tie-break y el pronto 3-0 del serbio. Cualquier otro ser humano en el mundo pasaría la página menos Carlitos, quien tomó la iniciativa y protagonizó un regreso de ensueño para llevarse la manga 7-6.
Comenzó el show del joven, que tiró de un arsenal inagotable de recursos: primero abusó de un saque endemoniado que le consiguió nueve ace; luego defendió impecable la potencia del consagrado y le agredió con la determinación de una bestia, tirando pelotas largas, engañando con dejadas y globos de antología, entrando a red con la explosividad y ligereza al mismo tiempo.
Probablemente, a sus 20 años de edad, queda mucho por aprender a Alcaraz, pero ahora mismo va sobrado de fortaleza física y mental, que es la deuda de la juventud. Eso puede verse en el espectáculo barroco de poner en aprietos al contrario con tantos engaños y artilugios que no caben en la imaginación de todos, que desgastan a un cíborg como Djokovic.
Así apaciguó Charly al Terremoto de los Balcanes y le hizo perder la paciencia en los compaces finales, luego de quebrarle las piernas tras casi cinco horas intensas de tenis.
No era para menos, en todo el torneo el Djoker apenas sufrió tres quiebres y ahora jugaba un quinto set sufriendo cinco en el mismo partido.
El final glorioso lo firmó Alcaraz con un 1-6, 7-6 (6), 6-1, 3-6 y 6-4. Todos recordarán el excelente partido entre el ídolo y la perla del tenis mundial, pero sobre todas las cosas, nadie olvidará el día en que el nuevo campeón dejó de ser Carlitos para convertirse en Sir. Carlos. (Con información de Jit.CU)
