Por UNAM
Junio 03, 2021
Un grupo internacional de 16 científicos, en el que colaboran una investigadora de la UNAM y su alumno de posgrado, evaluaron la condición de ecosistemas terrestres de todo el mundo mediante un detallado trabajo de mapeo que permite detectar el deterioro ecológico casi generalizado del planeta.
Animales en extinción, desequilibrio de poblaciones de grandes mamíferos con una función precisa en el ecosistema cuya desaparición implica el de muchas otras especies, y una creciente huella humana resultado de actividades antrópicas como agricultura, deforestación y urbanización, en donde deberían respetarse ecosistemas naturales, son algunos de los resultados del estudio.
Sólo 2.8 por ciento de los ecosistemas terrestres tienen integridad ecológica, es decir, contribuyen a la persistencia global de la biodiversidad, afirmó Ella Vázquez Domínguez, investigadora del Instituto de Ecología.
Hay un deterioro casi generalizado del planeta, en parte por la creciente huella humana.
Integridad ecológica
El objetivo de la indagación, publicada en la revista científica Frontiers in Forest and Global Change, fue cuantificar áreas que tuvieran lo que se conoce como integridad ecológica. “Hay pocas áreas en el mundo íntegras. Otros trabajos miden solamente el impacto antropogénico (huella humana), pero nuestro objetivo era ir un paso más allá, porque la perturbación no se puede basar solamente en la huella humana”.
Así que hicieron también un mapa de integridad faunística, que detalla el número de especies extintas de animales en la naturaleza. “Incluimos capas de distribución de diversos taxones en el orbe e información de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), datos de vertebrados (mamíferos, anfibios, reptiles, aves) para conocer la pérdida del área de distribución y obtener un índice de extinción de vertebrados terrestres en el planeta”, comentó.
Otra capa de información incluyó mapas de defaunación, es decir, de pérdida de fauna, en especial de mamíferos, pero sólo en zonas tropicales.
Para examinar la integridad funcional, que permite el cuidado del equilibrio ecológico y el mantenimiento del ecosistema, los científicos utilizaron datos de 16 mamíferos grandes, con distribución mundial.
“Las elegimos porque los mamíferos grandes son las primeras especies que se pierden con un poco de alteración del hábitat y se usan como especies sombrilla, porque si se pierden es posible que se acaben otras. Las especies son cuatro de oso, tres de chimpancé, tres de orangután, dos de gorila, elefante africano, jaguar, león y búfalo africano.”
Se obtuvo información de abundancia y de densidad de las poblaciones. “La integridad funcional no implica solamente que haya animales como leones en África. Que estén presentes no quiere decir que sus poblaciones estén funcionalmente bien. Puede haber muy pocos ejemplares y que ya no estén desempeñando el papel clave que tienen en el ecosistema”, explicó.
Con los datos sobre la huella humana, integridad faunística e integridad funcional, ya mapeada en el mundo y considerando 10 mil kilómetros cuadrados, los científicos concluyeron que menos de tres por ciento de los ecosistemas del orbe tienen integridad ecológica.
“Sólo 2.8 por ciento de las zonas terrestres tiene integridad ecológica (que suma humana, faunística y funcional) mínima suficiente para ser consideradas como áreas claves de biodiversidad”, subrayó.
Son áreas de 10 mil kilómetros cuadrados que estas especies requieren para su distribución. Están bien conservadas y se ubican en zonas extremas del planeta, muy al norte y al sur. “Destacan las boreales, la tundra en Siberia, el norte de Canadá, parte de las selvas amazónicas tropicales, selvas del Congo y el desierto del Sahara”, detalló. Vázquez Domínguez destacó que donde menos impacto humano hay es donde todas las métricas se mantienen.
La ecóloga consideró que reintroduciendo ciertas especies de mamíferos nativos en algunas de las zonas identificadas se podría recuperar hasta 20 por ciento el planeta, para pasar de 2.8 por ciento de área con integridad ecológica hasta casi 22 por ciento.
“Es una propuesta que hacemos para incrementar el área con integridad ecológica a partir de reintroducir especies nativas en sus sitios originales. También planteamos que las que están en condiciones adecuadas se conviertan en áreas protegidas”, indicó.
Restauración de los ecosistemas
El tema del Día Mundial del Medio Ambiente 2021, a celebrarse el 5 de junio, es la restauración de los ecosistemas. Pakistán fungirá como anfitrión, y la fecha será el marco para el lanzamiento del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas.
Según el Programa para el Medio Ambiente de la ONU, ahora más que nunca, es urgente reparar los ecosistemas dañados.
El organismo sostiene que éstos sustentan todas las formas de vida de la Tierra. De la salud de nuestros ecosistemas depende directamente la salud del orbe y sus habitantes. El Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas tiene por objetivo prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas en todos los continentes y océanos; así, se puede ayudar a erradicar la pobreza, combatir el cambio climático y evitar una extinción masiva. Su éxito depende de la colaboración de todos.
La reparación de ecosistemas puede tomar muchas formas: plantar árboles, reverdecer ciudades, reintroducir especies silvestres en sus áreas nativas, cambiar la dieta o limpiar ríos y costas. Esta es la generación que puede hacer las paces con la naturaleza.
Respecto a la efeméride del Día Mundial del Medio Ambiente, Vázquez Domínguez reflexionó que no podemos tener un solo día dedicado al tema, sino todos los días del año.
“Estamos contrarreloj. Tenemos pérdida de biodiversidad, que lo implica todo. Estamos en una raya límite de daño muy severo, que va a afectarnos directamente a nosotros. Si no corregimos y lo hacemos bien, no podremos alimentar a la población mundial. Hacerlo bien es tener en consideración los ecosistemas, la biodiversidad, y manteniéndola”, finalizó la especialista.
Número de especies extirpadas (mamíferos y todos los demás taxones mapeados en la Lista Roja de la UICN) en áreas con integridad de hábitat para la superficie terrestre del planeta (sin considerar las zonas -en gris- que incluyen donde se han extinguido especies globalmente desde 1500 d. C., y Antártida). Imagen: Plumptre et al. 2021. Frontiers in Forest and Global Change.