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Depp contra Heard en la plaza pública digital; Un juicio que mediatizó e invisibilizó la violencia contra las mujeres

Junio 6, 2022

Por UNAM

“Si vives o has vivido violencia por parte de tu pareja, olvídate de denunciar porque te vamos a juzgar, a culpabilizar, a ridiculizar y nadie te va a creer”: tal es el mensaje que envía el fallo en favor del actor Johnny Depp en el juicio contra su exesposa, Amber Heard. Así lo considera Alejandra Collado, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG).

La filósofa francesa Simone de Beauvoir lo dijo: cualquier crisis basta para poner en peligro los derechos ganados de las mujeres. Durante el llamado “juicio del año”, explica Collado, se mostró vulnerado y eclipsado el derecho a denunciar, a nombrar la violencia o a levantar la voz ante la agresión vivida.

Un reality show

Considera que la sociedad no ha entendido las desventajas que hay para las mujeres que denuncian a figuras de poder, y las ventajas estructurales, mediáticas y económicas que sí tienen los hombres, como las que tuvo el actor. “La transmisión en vivo del juicio como si fuera un reality show y la mediatización del caso fungieron como dispositivos de poder para validar la experiencia del actor e invisibilizar o invalidar la de ella. Aunado a esta estructura desigual entre géneros, se ridiculiza y revictimiza hasta la invisibilización la violencia vivida por ella. Entonces, todo se convierte en una suerte de plaza pública digital en la que cualquiera tiene que emitir una opinión porque es el tema en boga”.

Ante un asunto de índole pública, los usuarios de internet polarizan y “espectacularizan” una problemática en la que, por lo menos en México, hay un saldo de 10 mujeres víctimas de feminicidio al día, siendo mayormente parejas o exparejas sentimentales quienes cometen el delito, dice Collado en entrevista para Gaceta UNAM.

La investigadora del CIEG explica que el #MeToo fue y es un movimiento político para nombrar la violencia, para alertar a otras mujeres y tratar de sanar juntas. Desenmascaró a personas poderosas, mayormente hombres, que ejercieron violencia y acoso sexual sobre mujeres que se encontraban en una posición de subordinación.

Agrega que el #MenToo “no es un equivalente, no son los hombres denunciando a las mujeres poderosas que abusaron de ellos sexualmente porque tenían poder y podían hacerlo. El #MenToo es una respuesta de enojo hacia esta visibilización de una violencia normalizada y que se pretende justificar”.

La generación de este hashtag, luego del fallo en favor del histrión, es un golpe para el #MeToo si se pensó que este movimiento era para dañar y destruirlos a ellos. Lo entendieron como una declaración de guerra y venganza por parte de mujeres que habían sufrido a manos de hombres, y que era como una revancha, añade la académica.

Si se desestima el movimiento #MeToo, significa que nunca le creyeron a las víctimas, porque jamás se hizo conciencia de la problemática de violencia de pareja que a veces llega al feminicidio. “No es por culpa de Amber que ahora no vayan a creer en las mujeres que denuncian, nunca les creyeron ni hubo intenciones de hacerlo”, afirma Collado.

Acota que durante el juicio vimos dos personas destruirse una a la otra, donde una de ellas siempre estuvo en ventaja de edad, situación económica, fama y capital simbólico o cultural económico, y la otra no.

“La violencia existe en los vínculos relacionales de mujeres y hombres, de mujeres y mujeres, de hombres y hombres porque la estructura de la heterosexualidad obligatoria así lo marca, pero la consecuencia y el castigo no es igual para un hombre, y mucho menos poderoso, que para cualquier mujer”, enfatiza.

Mónica Lewinsky

La especialista indica que la situación de Amber Heard tiene similitud con la de Mónica Lewinsky cuando, en 1998, se vio involucrada en un caso contra el expresidente estadunidense Bill Clinton, quien sigue su trayectoria diplomática y política, y ella quedó estigmatizada y burlada.

“Cuando una mujer denuncia se pone en duda su palabra, recibe burlas, amenazas y nuevas agresiones. Si una mujer no es perfecta socialmente –bajo los estereotipos patriarcales como la dulzura, debilidad, indefensión, buena conducta, moral intachable, silencio y sacrificio–, entonces se desestima la violencia que vivió”, finaliza la investigadora.

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