Febrero 6, 2023
Las provincias del sureste de Turquía y el norte de Siria han sido sacudidas esta madrugada por un terremoto de magnitud 7,8 en la escala de Richter, cuyo epicentro ha sido establecido a 17,9 km de profundidad. En superficie, este punto se encuentra a unos 26 km al este de la ciudad turca de Nurdagi y a unos 750 km al sureste de Estambul. El seísmo, que apenas duró 30 segundos y se produjo a las 4:17 hora local. A este le siguieron múltiples e importantes réplicas, la mayor de las cuales la mayor de las cuales se produjo pasados 11 minutos, a unos 80 kilómetros del primero, y con una magnitud de 7,6. El temblor ha provocado miles de víctimas mortales, así como cientos de heridos y desaparecidos en Turquía y Siria. No obstante, el terremoto se ha sentido con fuerza en otros 14 países como Georgia, Irak, Irán, Líbano, Israel, Chipre, Jordania o Rusia. Incluso el sismo se ha llegado a sentir en Groenlandia, según el instituto geológico danés. Italia incluso llegó a declarar la alerta por riesgo de tsunami, aunque después la desactivó.
Por su parte, el Instituto Geográfico Nacional de España (IGN) ha publicado en redes el registro de un temblor en la zona de Poblet (Tarragona). Entre la 1 y las 2 horas de la madrugada el sistema registró vibraciones en esta zona y el IGN ha relacionado estos temblores con el terremoto en Turquía.
La problemática placa de Anatolia
Por su posición geográfica, Turquía es un área de alta actividad sísmica, puesto que la placa de Anatolia comprende la mayor parte de esta península y, por tanto, Turquía. De hecho, la también conocida como placa turca está situada, a su vez, entre dos grandes placas, la euroasiática y la africana, y una tercera placa de menor tamaño, la arábiga. Esto provoca que varias fallas recorran el país, incrementado la posibilidad de que existan grandes temblores. La más peligrosa, donde coinciden las placas turca y euroasiática, recorre todo el norte de Turquía, pasando muy cerca de Estambul. El temor recurrente de los expertos es que esta gran ciudad de Turquía pueda volver sufrir en algún momento un seísmo potencialmente devastador.
De hecho, Estambul ya registró en 1999 un seísmo de magnitud 7,4 en la escala de Richter que causó más de 17.000 muertos en distintos puntos del país. Pero ha habido muchos más, en 2011 dos temblores acabaron con la vida de 700 personas y en 2020, otro terremoto causó 26 muertos y 800 heridos, aunque el seísmo más mortífero del último siglo en Turquía tuvo lugar en 1939, cuando cerca de 33.000 personas murieron y 100.000 resultaron heridas por un terremoto en Erzincan, al este del país. Turquía es un área de alta actividad sísmica, ya que la placa de Anatolia ocupa casi toda la zona En concreto, la que ha provocado los terremotos de este lunes es la falla de Anatolia Oriental, situada en el este de Turquía y Siria, que no ha sido especialmente activa en los últimos tiempos, aunque la vecina región de Alepo, también en la misma zona de la placa de Anatolia, ha sido afectada por devastadores movimientos sísmicos, entre los que destacan los ocurridos los años 1822 (magnitud estimada de 7,0) y 1138 (7,1).
Los primeros datos técnicos sugieren que el terremoto principal y sus réplicas se pueden haber producido por un deslizamiento a poca profundidad causado o bien por la rotura de una falla lateral izquierda casi vertical que golpeaba de noreste a suroeste de la placa principal, o por una fractura en una falla lateral derecha que golpeaba de sureste a noroeste, según datos publicados por el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
“La ubicación preliminar del terremoto lo sitúa en la vecindad de una unión triple entre las placas de Anatolia, Arabia y África. El mecanismo y la ubicación del terremoto son consistentes con el terremoto que ocurrió en la zona de falla de Anatolia Oriental o en la zona de falla transformante del Mar Muerto. La falla de Anatolia Oriental acomoda la extrusión hacia el oeste de Turquía, hacia el Mar Egeo”, recuerda el USGS.
Los esfuerzos de las autoridades
Por todo ello, las autoridades se esfuerzan por inculcar a la ciudadanía consejos de prevención en caso de que haya temblores, asumiendo que estos son inevitables cada cierto tiempo. El país organizó en noviembre de 2022 y por primera vez un simulacro de seísmo a nivel nacional que se extendió de forma simultánea por 81 provincias. Y no es para menos porque el año pasado, Turquía registró más de 20.000 seísmos. De ellos, casi 130 superaron la magnitud 4 en la escala de Richter, mientras que uno superó el nivel 6, según datos de la agencia nacional de emergencia (AFAD). La ubicación preliminar del terremoto lo sitúa en la unión de las placas de Anatolia, Arabia y África Asimismo, Turquía ha ido implementando medidas para mejorar su respuesta ante terremotos en los últimos años, incluyendo la construcción de edificios resistentes. Sin embargo, no todo el parque inmobiliario ha sido actualizado y la falta de inspecciones permite que algunos constructores ignoren las normativas. (Co información de El Confidencial.com)