Noviembre 28, 2021
Solo el reconocimiento de lo que es e implica una agresión hacia otros permitirá construir instancias, observatorios, documentos y trabajar las acciones posibles para evitarla, afirmó el coordinador del Programa Universitario de Investigación en Salud, Samuel Ponce de León Rosales.
Actualmente, precisó, pensamos que esta es la época más violenta, y ciertamente lo es para nosotros, por lo menos. Posiblemente no lo sea en la evolución de la humanidad, pudo ser mucho más agresivo lo que vivía un peón en la Edad Media, en la Conquista o en algún otro periodo histórico. Pero ciertamente es importante reflexionar y discutir al respecto porque las consecuencias, más allá de si es más o menos intensa, siempre son devastadoras.
El especialista en Medicina Interna y enfermedades infecciosas detalló que convivimos con la violencia, la vivimos, atestiguamos, la sufrimos, la infringimos y la sobrellevamos cotidianamente. No hay un solo ser humano que escape de ella en algunas de sus múltiples formas, es más frecuente que sea en muchas a lo largo de cualquier periodo. Es tan presente que nos preguntamos si es parte de la condición humana.
El Seminario Permanente de Bioética fue creado en 2014 con el objetivo de revisar el panorama de la ética y bioética médica y la ética de la vida diaria. Por ello, en esta ocasión el encuentro busca ampliar la visión que se tiene de cada tipo de violencia, identificarla, condenarla, cuestionarla y nombrarla, al igual que los sistemas que las sustentan.
Al inaugurar la edición 2021 del Congreso de Bioética, el académico de la FM, Arnoldo Kraus Weisman, manifestó que la reunión retoma el concepto acuñado por la filósofa Hannah Arendt sobre la banalidad del mal, que se refiere a cuando una persona comete actos criminales justificándose al decir que solo sigue órdenes.
El también miembro fundador del Colegio de Bioética aseguró: “Hay muchas acciones que estamos tomando e inconscientemente no sabemos que acaban en un mal. Si interrogamos a los narcotraficantes o a la policía que trabajan bajo órdenes seguramente nadie consideraría que están actuando mal, sino que lo hacen por mandato del pueblo, de la razón y no cavilan en el mal, ni los presidentes, ni la gente que lleva a cabo matanzas en todas partes”.
Quien además fundó el Seminario de Cultura Mexicana precisó que los sicarios justifican sus acciones al decir que actúan de acuerdo a lo que les dicen sus jefes, arropados por las órdenes de carteles.
Kraus Weisman recordó que la deforestación del Amazonas en Perú, Ecuador y Brasil, se originó para el uso de la madera en la elaboración de turbinas destinadas a la energía eólica, es decir, esta acción complicó la situación. Algo que parecía adecuado para beneficiar al mundo, no lo fue.