22 noviembre, 2021
Las sesiones de trabajo de la primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe se iniciaron hoy en la basílica de Guadalupe en Ciudad de México después de la ceremonia inaugural en esa iglesia.
El encuentro latinoamericano, con presencia de delegaciones de las 22 conferencias episcopales de América Latina y el Caribe, y también algunos cardenales invitados provenientes de Europa y Asia, fue inaugurada la víspera por Miguel Cabrejos, presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam).
Allí llamó a ser valientes y fomentar una economía solidaria y una educación integral, y advirtió que, debido a la pandemia de la Covid-19, se experimenta una hora profundamente compleja y difícil, en la cual los más vulnerables siguen siendo los más afectados.
Cabrejos Vidarte calificó a la Asamblea Eclesial como histórica e inédita y la comparó con la de la Conferencia de Medellín, la cual fue la recepción creativa del Concilio Vaticano II, en un contexto marcado por la pobreza y la exclusión.
Esta de México, dijo, al tener como objetivo reavivar la reunión episcopal realizada en 2007 en Brasil, que reafirmó la renovación conciliar, busca contribuir para una segunda recepción del Vaticano II en el nuevo contexto en que vivimos.
Insistió en que es histórica, también por el hecho de que, en vez de haber realizado la Sexta Conferencia General de los Obispos, el papa Francisco propuso esta Asamblea Eclesial, integrada por representantes de todos.
Hay, por tanto, el paso de una asamblea en la cual participaban sólo obispos, a una asamblea plenamente eclesial, como expresión del ejercicio del sensus fidelium (sentido de la fe).
Explicó que, por ello, esta asamblea cuenta con la participación más amplia de la única Iglesia, Pueblo de Dios. En ella nos hermanamos en diversidad de ministerios y carismas: obispos, sacerdotes y diáconos, religiosas, laicos, y con hermanos en el sentido ecuménico de la fe, de otras religiones.
Consideró que esta asamblea inaugura un nuevo organismo sinodal en el ámbito continental, que sitúa la colegialidad episcopal en el seno de la sinodalidad eclesial como expresión de la vinculación del obispo con el pueblo, y de una iglesia de iglesias locales presididas por el obispo de Roma.
Destacó que “el papa Francisco, tan cercano a nuestra América Latina y el Caribe, nos ha pedido acompañarlo en este momento adecuado u oportuno, pues esta asamblea es un tiempo de gracia, un acontecimiento inédito».
En la eucaristía estuvieron presentes el cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo primado de México; integrantes de la Conferencia del Episcopado Mexicano y el nuncio apostólico Franco Coppola.