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LA GASTRONOMÍA DEL PODER: LA “MC PRIPRD” Y SU PAN HORNEADO A LA MEDIDA

La vida está llena de sorpresas, pero en la política mexicana, algunas dejan de serlo para convertirse en ciclos predictibles. El primer gran difunto político, que perdió el rumbo hasta desaparecer del ánimo popular, fue sin lugar a dudas el PRD. Su tránsito de la izquierda a la derecha, impulsado por sus grupos desdoblados -hoy desaparecidos por el PAN, el partido por excelencia de la derecha-, lo llevó a danzar  como un gran bailarín al borde del abismo hasta perder su registro. Fue una lección de cómo la ambigüedad y la traición a los principios tienen su precio final.

Otro caso, quizás más emblemático, es el des PRI. Un partido que, sin ser de derecha ni de izquierda, sino todo lo contrario (un pragmatismo puro), ha pasado de ser la fuerza en el poder a la cuarta fuerza política del país. Como pocos advertimos hace ya años, está siguiendo los pasos del PRD. Aquella fuerza hegemónica de décadas pasadas hoy es una sombra que busca desesperadamente anclas de supervivencia.

Esta descomposición lleva al PAN a una nueva búsqueda de un “pendejo útil” que le haga la chamba sucia de pretender desgastar a sus adversarios. Y he aquí el plato fuerte. Fíjense que el crecimiento más notable de los últimos años que ha experimentado Movimiento Ciudadano (MC) ha sido sin lugar a dudas cuando ha transitado solo, pero ese crecimiento ha sido lastrado cuando sus campañas han sido a la sombra de otros partidos, ya que su estrategia pierde su base en la construcción de un proyecto sólido y se convierte tan solo en el esparrin sin luces del verdadero competidor que pretende ser el campeón. Se convierten en oportunismos y alianzas convenientes.

La receta final es tan cínica como reveladora: la nueva “MC PriPrd” se servirá, irónicamente, con un PAN horneado especialmente preparado para ellos. Un PAN que ha moldeado su masa ideológica para acomodar a estos nuevos comensales que han  traicionando su propia esencia a cambio de una cuota de poder momentáneo.

Un ejemplo local y revelador es el de Yucatán. Aquí, la alianza MC-PAN no es solo una cuestión táctica; es la materialización de esta receta. Primero es una desfachatez histórica para los votantes que algún día creyeron en sus principios y la prueba del crecimiento de MC es cuando caminó solo y no con aquellas compañías.  Es la muestra más clara de que, para algunos, la ideología es un menú del que se elige según sus conveniencias del día y otras cosas más que se podrían escribir ahora pero que ya han sido escritas por los propagandistas de letras azules.

Al final, en la política y en la diplomacia, el arte de “comer mierda sin hacer gestos” se ha perfeccionado. Es una gastronomía del poder donde los sabores se mezclan sin pudor. Y como en toda buena franquicia, la tienda de hamburguesas políticas ya tiene su menú, la nueva oferta que algunos van a probar: la “Mc PRIPRD. Una combinación de ingredientes recalentados, con un PAN horneado a la medida, que promete sentir algún sabor, pero que dejará un nuevo vacío de representación y el regusto amargo de la ambición. Siguen haciendo la misma hamburguesa cambiando el color de la salsa, es lo que creo.

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