Julio 12, 2021
El gobierno de México va a contrarreloj en su tarea de vacunar a la población para evitar el desborde de los hospitales y el aumento de muertes ante un nuevo repunte de la epidemia, en el que ya se reportan hasta 9 mil casos diarios de COVID, y que llega cuando solo 26.8% de la población ha recibido al menos una dosis.
La tercera ola de la crisis sanitaria, que por ahora está focalizada en algunos estados (Baja California Sur, Tamaulipas, Tabasco, Quintan Roo, Yucatán, CDMX, Sonora, Sinaloa, Colima), está impulsada, sobre todo, por los contagios entre la población más joven, que no ha recibido ni la primera dosis de la vacuna COVID y entre quienes se han relajado más las medidas sanitarias. En ese grupo y en esas zonas es donde delta puede encontrar la plataforma para elevar el ritmo de casos a nivel nacional.
De acuerdo a datos del Consorcio Mexicano de Vigilancia Genómica (CoViGenMex), en el periodo del 1 de mayo al 16 de junio, la variante delta se detectó en 222 de las 3 mil 925 (5.65%) muestras secuenciadas, con mayor prevalencia en Baja California Sur; mientras que en la CDMX y el Estado de México presentaba ya una tendencia ascendente.
Jaime Sepúlveda, director ejecutivo del Instituto de Ciencias de la Salud Global de la Universidad de California, en San Francisco, Estados Unidos, explica que la variante delta ya se ha extendido por todo el mundo. En California es ya la predominante. En Rusia, el 90% de los contagios están asociados a esa variante; en India, el 97%.
“En México sabemos que ya está circulando, seguramente va a ser la predominante en poco tiempo y es una variante más agresiva en cuanto a su transmisión, es 40 a 60% más transmisible que variantes previas”, explica.
Ante esto, los especialistas recomiendan al gobierno acelerar la vacunación y a las personas acudir a vacunarse. “La vacuna es una protección individual, pero también es una protección colectiva porque impide la circulación del virus. La cadena de transmisión se reduce substancialmente con las vacunas y además impide el surgimiento de nuevas variantes todavía más transmisibles y más virulentas, es decir más severas en su expresión clínica”, explica Sepúlveda.
Dada la alta transmisibilidad del SARS CoV-2 será necesario inmunizar al 70% de la población para frenar la pandemia, dijo en noviembre, durante una conferencia, Soumya Swaminathan, científica jefa en la OMS.
Con estas cifras, en países como México habría que vacunar a 88 millones de personas, en Colombia a 35 millones y en Perú a 22 millones, por ejemplo.
En una conferencia de prensa más reciente, el 2 de julio, Swaminathan explicó que, ante la presencia de variantes más contagiosas, es importante que se reciba la segunda dosis de la vacuna en el tiempo recomendado ya que la pauta completa de vacunación ofrece el mayor grado de proyección.
La doctora Swaminathan recordó que un ciclo completo de vacunación es esencial para proporcionar inmunidad total contra la variante delta.
“Ninguna de las vacunas que tenemos actualmente es 100% protectora. Por eso, incluso si estás vacunado, puedes contraer la infección, pero lo más probable es que tengas síntomas muy leves o ningún síntoma, y las posibilidades de enfermarte gravemente son muy, muy bajas”, explicó.
Sepúlveda remarca, en entrevista con Animal Político, que lo importante en este momento, más que la preocupación por si una vacuna es más efectiva que la otra, es vacunarse con la que haya. “Todas las vacunas ofrecen protección contra enfermedad grave y muerte, todas, y todas ayudan a luchar contra que haya nuevas variantes del virus”.
Yvonne Rosenstein investigadora del departamento de Medicina Molecular y Bioprocesos del Instituto de Biotecnología de la UNAM y ganadora del Premio Nacional de Inmunología 2016, dice que ahora hay mucha preocupación entre la población por la eficacia y efectividad de cada una de las vacunas de COVID, pero muchas vacunas, como por ejemplo la del sarampión, tienen una efectividad de no más del 50%, “así que si las de COVID rondan más allá el 80% para prevenir enfermedad grave y muerte, en realidad todas son muy buenas”.
Cómo va la vacunación por grupos de edad y estados
El gobierno de México maneja los datos del avance de vacunación por grupo de edad y por municipio, incluso por estado, con una gran opacidad. Hasta el momento no es posible conocer esa información.
Lo único que se ha difundido es el total de personas vacunadas en cada grupo. De acuerdo a la página de vacunacovid.gob.mx se han vacunado 11 millones 049 mil 352 adultos mayores, lo que representa un 73% del total de lo que se tenía previsto en todo el país.
En tanto que en el grupo de 20 a 39 años, según los resultados de la Ensanut, 65.3% la aceptaría, 25.5% la rechazaría y 9.2% estaba en duda. Esta distribución era similar entre hombres y mujeres. En el grupo de 40 a 59 años, 61.1% aceptaría la vacuna, 28.1% la rechazaría y 10.7% duda. En este grupo las mujeres mostraban un porcentaje menor de aceptación que los hombres (57.1 vs. 65.6%, respectivamente).
De acuerdo a los datos en vacunacovid.gob el avance de vacunación en los de 50 a 59 años es ya de 67%, y todavía está en proceso.
Por entidad, lo más que el gobierno federal ha publicado en información abierta es el número total de vacunas aplicadas, sin el detalle de cuántas personas de cada grupo etario han recibido una o dos dosis. En el Estado de México, por ejemplo, el dato escueto es: 6 millones 030 mil 796 vacunas.
El que sí ha presentado información desagregada es el gobierno de la Ciudad de México. El grupo que ya debería estar vacunado por completo, con las dos dosis, es el de 60 años y más.
Pero, de acuerdo a información del gobierno de la capital, con corte al 25 de junio de 2021, cuando se dio la última actualización de datos para este grupo de edad desagregados por alcaldías, 85% de los adultos mayores cuenta con por lo menos una dosis (1,388,623) y de ellos el 96% tienen ya el esquema completo (1,330,132).
La alcaldía con el menor porcentaje de cobertura es Cuajimalpa, con 93.1%, le sigue Álvaro Obregón, con 93.5% y después Magdalena Contreras y Miguel Hidalgo, con 94.9%.
Mientras que de 50 a 59 años, con corte al 9 de julio, el total es de un millón 071 mil 181, lo que representa una cobertura de 85%. La alcaldía con el menor porcentaje de cobertura en primera dosis, en este grupo de edad, es Benito Juárez con 71%. Y con mayor avance está Magdalena Contreras con 93%, con corte al 9 de julio.
Estos son porcentajes altos, si se compara con el 73% nacional para adultos mayores y el 67% (8,585,732) de personas de entre 50 a 59 años que ya se vacunaron.
Este portal preguntó al gobierno de la CDMX y a la Secretaría de Salud capitalina si se ha analizado por qué hay un 15% de adultos mayores que no se ha vacunado, pero la respuesta fue que no se tenía esa información.
Por qué no se le debe temer a las vacunas
Animal Político platicó con tres personas que no quieren vacunarse para conocer sus razones, las tres pidieron omitir su nombre, pero una adulta mayor de 60 años no quería ponerse la vacuna porque tenía miedo de los efectos secundarios, después de leer las notas sobre los trombos supuestamente causados por vacunas como la de AstraZeneca.
Otra mujer, ella de 46 años, aseguró que no quiere vacunarse porque trabaja con médicos funcionales y le han dicho que si no se contagió después de tantos meses ya tiene inmunidad, además asegura que le teme a las reacciones adversas a largo plazo, de las que poco se ha estudiado.
Mientras que un hombre también mayor de 60 años contó que su temor era el mismo: las reacciones adversas. “He sabido de personas que fallecen después de recibir la vacuna y creo que faltan más pruebas para saber si sí son seguras y efectivas”, dice.
La investigadora del departamento de Medicina Molecular y Bioprocesos del Instituto de Biotecnología de la UNAM, Yvonne Rosenstein, responde a esas preocupaciones y afirmaciones que todos los medicamentos y vacunas pueden generar una reacción adversa, pero el riesgo de que se genere un trombo por la vacuna COVID es muy bajo, de alrededor de cinco en un millón.
De acuerdo a información difundida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), las tasas de notificación espontánea de eventos tromboembólicos varían según el país, y las incidencias precisas son difíciles de estimar; pero las estimaciones disponibles son del orden de 10-15 casos por millón de personas vacunadas, y estos números están basados en realidad en el número de notificaciones de casos sospechosos de síndrome de trombosis más que en el número de casos confirmados de un efecto adverso de la vacuna.
En Estados Unidos también se han notificado casos de tromboembolismo con la vacuna de Janssen, con una tasa de unos 2-3 casos por cada millón de dosis administradas. Las autoridades nacionales de regulación siguen vigilando de cerca el asunto y publican información actualizada sobre el número de casos notificados y las últimas estimaciones de la incidencia.
Es decir, el riesgo existe pero es bajísimo, y no está confirmado que sea consecuencia directa y única de la vacuna. Además, explica Rosenstein, las personas que enferman de COVID tienen riesgo de desarrollar trombos, “ese riesgo ya existe y está asociado a las comorbilidades de la persona y a cómo reacciona el organismo frente a la infección”.
Sobre una posible reacción alérgica a la vacuna, que es otra preocupación frecuente en la población, la especialista señala que si alguien tiene alergia a la carne de cerdo, al polen, a los mariscos, eso no quiere decir que la vacuna les puede hacer una mayor reacción.
“Ese tipo de alergias no tiene influencia en la vacuna, y en el caso de gente que es muy alérgica a ciertos compuestos, que se usan en la vacuna como algunos polímeros, antes de vacunarse que consulten con su médico, pero otra vez, estos son casos de uno en un millón”, señala la Premio Nacional de Inmunología 2016.
Respecto a que si una persona no se ha contagiado de COVID después de tantos meses ya es inmune al virus, la especialista asegura que eso es falso. “Nadie puede asegurar que ya tiene inmunidad, incluso quienes ya tuvieron la enfermedad es mejor que se vacunen, por protección personal y para proteger a los demás, esto es también una responsabilidad colectiva”.
Rosenstein también señala que no se debe tener desconfianza ante las vacunas de COVID, los estudios de eficacia y seguridad se hicieron, no se les podría dar autorización sin eso y no es que se hayan desarrollado de prisa y sin cuidado. “Se desarrollaron rápido porque ya había muchas bases para hacerlo, los científicos llevaban años investigando cómo funciona y cómo envolver el ARN, el compuesto de vacunas como la de Pfizer y Moderna, todo eso ya se sabía”.
De manera que los especialistas recomiendan acudir a inmunizarse. Afortunadamente en México, subraya Jaime Sepúlveda, no hay un movimiento antivax, como en Estados Unidos o Francia, ligado a cuestiones políticas o ideológicas, hay simplemente quien tiene miedo a vacunarse por la desinformación y las dosis han ido llegando en menos cantidad que en otros países, pero se espera que la vacunación continúe avanzando.
Con información de Animal Político