Ciencia

Día Internacional del Abrazo. Se requieren de cuatro a ocho abrazos al día

Enero 20, 2025

El contacto interpersonal hace que bajen los niveles de cortisol y nuestras neuronas se mantengan saludables: Alicia Castillo, de la Facultad de Medicina

Por. UNAM

Cada persona debe dar o recibir de cuatro a ocho abrazos al día para fortalecer el sistema inmunológico, mejorar la capacidad de memoria, el sentido de pertenencia a un grupo social y reducir la depresión, coincidieron especialistas de la UNAM.

Alicia Castillo Martínez, de la Facultad de Medicina, precisó que el contacto es algo presente en todas las especies y, en particular, es muy importante en los extremos de la vida –bebés y adultos mayores–; todos lo necesitamos, pero se vuelve algo cada vez más necesario a medida que avanza la edad.

En el contexto del Día Internacional del Abrazo, que se celebra mañana 21 de enero, mencionó que no se trata de una relación directa –te abrazo y te vuelves más inteligente–, pero sí ayuda a disminuir los niveles de cortisol, pues dicha hormona está relacionada directamente con el manejo del estrés, el cual cuando sube demasiado empieza a eliminar las neuronas y evitar la neurogénesis.

La fecha fue establecida y promovida en 1986, desde Estados Unidos, por Kevin Zaborney, quien estaba preocupado por las pocas muestras de afecto de la gente en público, por lo que lo popularizó mediante el Calendario de eventos de Chase.

La académica comentó: “El contacto interpersonal hace que bajen los niveles de cortisol y nuestras neuronas se mantengan saludables; lo que mata las neuronas no es el estrés per se, sino que no haya un tiempo de pausa o restauración –reposo– entre un periodo de estrés y otro”.

Alicia Castillo añadió que en el caso de los adultos mayores, especialmente estimula su memoria y sentido de pertenencia al núcleo social, pues si no se les da este tipo de estímulos es posible que se depriman.

En tanto, Manuel González Oscoy, de la Facultad de Psicología, agregó que dar un abrazo también incrementa la producción de serotonina y dopamina, lo que aumenta la sensación de bienestar y placer.

El investigador acotó: “Dar un abrazo es una conducta que puede tener un costo muy bajo y varios beneficios, pero es recomendable aprender a hacerlo, distinguir bien qué se busca al ofrecerlo y cómo puede interpretarlo la otra persona”.

A partir de las experiencias en las que se ha mostrado que el contacto físico –piel a piel– (por ejemplo, gemelos) favorece el desarrollo de los individuos, se ha creado lo que hoy se conoce como la abrazoterapia, que sugiere dar entre cuatro y ocho abrazos al día, sostuvo.

Resulta necesario, aclaró, considerar el tema cultural, es decir, la intención del abrazo, pues no es lo mismo dar uno para reconfortar a alguien, apapachar, ofrecer pésame, que como un estímulo erótico, agresión o comunitario.

Explicó que las diferencias pueden ser notadas por el tiempo de abrazo, las zonas del cuerpo donde se abraza y la fuerza que se imprime. Por ejemplo, uno de consuelo requiere de un ejercicio cruzado en el que un brazo está arriba del hombro y el otro en la espalda, si se toca la cintura se puede considerar algo personal, mientras que el de pareja se da a nivel de cuello.

El investigador compartió: “El abrazo estimula respuestas en algunas funciones autónomas del cuerpo, como puede ser ayudar a disminuir la presión arterial, estimular la producción de la hormona del rejuvenecimiento (DHEA), activa el sistema límbico y también trabaja mejor el inmunológico”.

Ambos especialistas destacaron que lo más importante para que el abrazo sea efectivo en la persona, es que sea consensuado, porque de lo contrario genera más estrés; además de que si hay ciertas enfermedades (respiratorias o cutáneas) es importante mantenerse alejados para no propagar contagios.

Igualmente, concluyeron, también es necesario respetar cuando el contacto físico representa un problema para la otra persona, pues esto puede generar altos niveles de estrés y una reacción negativa al abrazo.

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