Junio 11, 2024
Waze no ha dejado de crecer desde su nacimiento en 2008 y se ha convertido en una de las aplicaciones de navegación más empleadas. La app incluso compite con Google Maps con nuevas funciones con las que atraer usuarios.
La herramienta se ha terminado pareciendo a Google Maps en cuanto a interfaz y características, aunque el funcionamiento es algo diferente. Waze funciona gracias a la base de usuarios que notifican los eventos que encuentran en sus rutas.
La comunidad de Waze permite crear alertas precisas en tiempo real, pero los usuarios han empezado a quejarse en los últimos meses. La app es accesible, pero aseguran que si algo es gratis, tú eres el producto.
Waze integra publicidad en su aplicación, pero no es su fuente principal de ingresos, sino la venta de datos de los usuarios. Esto ha protagonizado una polémica relacionada con la filtración de los acuerdos de la compañía con agencias gubernamentales y fuerzas del orden.
Los hechos se han precipitado tras un anuncio de la empresa en el que asegura que ofrecerá los datos de navegación de los usuarios como prueba en un juicio. El modelo de funcionamiento conocido como crowdsourcing está ahora en el punto de mira.
¿Qué es el modelo crowdsourcing?
El uso de los datos de navegación de los conductores es preocupante, pero no tanto como el modelo de crowdsourcing con el que funciona la plataforma. Los expertos aseguran que el sistema de notificaciones de la comunidad crea una falsa sensación de empoderamiento entre los usuarios.
“Al participar en la comunidad de Waze, ayudas a otros wazers a crear un mapa más preciso e informes de tráfico actualizados”, se puede leer en los términos de servicio de la aplicación.
Los usuarios creen que ayudan a desarrollar un mejor producto y Waze se ahorra pagar la licencia de mapas de terceros. La aplicación genera mapas y alertas en tiempo real más precisas que Google Maps.
Los wazers forman parte de una comunidad mientras la compañía usa este sistema para ganar dinero. La aplicación ofrece rutas alternativas y notificaciones que no existen en otras herramientas de navegación, pero el control de los datos personales es elevado.
Los términos de servicio son complejos y la compañía oculta las condiciones del tratamiento de los datos privados. Las personas también desconocen cómo se emplean sus contribuciones a la comunidad.
El crowdsourcing ha demostrado ser un sistema efectivo para aplicaciones que ofrecen información en tiempo real, pero tiene ciertos condicionantes éticos. Las alertas y las rutas alternativas son más precisas que en Google Maps, pero Waze se lucra del trabajo voluntario de la comunidad.
Si no contribuyese ningún miembro de la comunidad, la aplicación dejaría de funcionar. Waze ha delegado las acciones esenciales a sus usuarios como mantener las rutas actualizadas, proporcionar alertas de tráfico o traducir nuevas funciones.
Algunos wazers dedican hasta 30 horas a la semana a este tipo de labores y lo único que obtienen a cambio son recompensas dentro de la propia aplicación.
Con información de Computer Hoy