Por UNAM
Junio 15, 2021
A 37 años de su asesinato, el periodista Manuel Buendía Tellezgirón fue recordado como un gran maestro de ética intachable quien demostró que aun en tiempos de represión es posible escribir libremente y con la verdad, coincidieron expertos y amigos reunidos por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM.
Jorge Armando Meléndez Preciado, profesor de la FCPyS y periodista con más de medio siglo de experiencia, destacó: en una época en la cual la cifra de comunicadores asesinados con impunidad supera 280, la figura de Manuel Buendía debe ser reivindicada porque no tuvo miedo de ejercer una profesión donde no se gana bien, se trabaja mucho y es fundamental para el país.
“Manuel Buendía debe ser reivindicado porque supo acopiar mucha información sobre lo que pasaba en México y el mundo, porque no se detuvo en publicar sobre muchas cuestiones que son ahora fundamentales”, aseguró Meléndez Preciado.
Tras recordar que el asesinato ocurrido el 30 de mayo de 1984 sacudió a la nación, los jóvenes deben saber que Buendía investigaba la relación entre México, Irán y Nicaragua, en el caso “Irán contras”, sobre el entonces presidente de México Miguel de la Madrid Hurtado, y sobre la relación entre el poder y el narcotráfico, temas de interés que fueron detonantes de su asesinato.
“Se puede escribir aún en tiempos de represión y censura muchas cosas sabiendo escribirlas. Manuel Buendía y muchos más nos enseñaron a escribir en las buenas, las malas y pésimas. Nos enseñaron a tener ética”, añadió el catedrático de la UNAM.
Alejandro Olmos Cruz, académico del Centro de Estudios en Ciencias de la Comunicación de la FCPyS, subrayó que Buendía Tellezgirón, autor de la columna “Red Privada”, fue uno de los grandes formadores de cuadros de periodistas en la UNAM a quienes instruyó en la técnica y en la ética de la profesión.
El columnista subrayó que el comunicólogo criticó que la profesión del periodista era subvalorada, que solo daba para vivir al día y que por ello había tentación de parte del gremio de utilizar la palabra en favor de quienes poseen dinero o poder.
“Fue un profesor extraordinario, singular, que dejó huella y es importante que sepan los jóvenes que desean abrazar esta profesión que siempre hay ciertos personajes, ciertos periodistas a los que hay que leer, revisar con detalle, analizar, porque después de 37 años del asesinato nos damos cuenta de que hay muchos temas que permanecen y, hoy más que nunca, se necesita una guía”, reconoció el columnista de La Jornada y autor de textos editados por la Fundación Manuel Buendía.
En tanto, José Reveles Morado, reconocido comunicador con más de 50 años de trayectoria, comentó que el asesinato de Buendía fue el primero de la narcopolítica mexicana, y ocurrió pocos meses antes del secuestro y asesinato de Enrique Camarena, agente de la DEA.
Además, estaba a punto de desenmascarar la colusión entre gobierno y traficantes de drogas, de decir nombres, circunstancias, padrinos, etcétera, hechos en los que estaban involucrados altos funcionarios de la política de México y de Estados Unidos. Esto incluía a José Antonio Zorrilla Pérez, el último titular de la Dirección Federal de Seguridad, a Arturo “El Negro” Durazo Moreno, compadre y general improvisado de José López Portillo.
“Buendía fue un hombre que no solo sabía investigar, sino que era dueño de una ética personal, compromiso con grandes convicciones y la combinación de esto con una excelente redacción daba un resultado fabuloso, que era no solo ser el columnista más influyente de este país, sino creador de conciencias, que no se ufanaba de repetir las verdades oficiales”, añadió Reveles Morado.
Para el documentalista y periodista independiente Témoris Grecko es necesario mostrar a las nuevas generaciones lo ocurrido con Manuel Buendía porque la violencia contra los periodistas es un problema actual, y aunque suele ser atribuida al narcotráfico eso solo sirve para ocultar su relación con la política.
“Es como si no hubiera pasado el tiempo, son 37 años en los que seguimos viviendo cosas parecidas o cosas peores, estas convivencias que hay entre los funcionarios, las agencias, las multinacionales y el crimen organizado”, aseveró el autor de “El peligro de ser periodista en México” y “La ola verde”, entre otros textos.