Yucatán

LAS ESTRUCTURAS CAEN POR LA COMBINACIÓN DEL AGUA Y EL ACEITE

MIENTRAS CAE LA LLUVIA

Por Russell G. G. Arjona Tamayo

Mérida, Yucatán; 14 de febrero de 2024.

Me senté en las cercanías de la Glorieta de la Paz, me puse a pensar bajo aquel viejo árbol de naranja…

Veía la glorieta en la que por azares del destino había caído un poco de aceite y sobre el mismo el agua. Como sabemos estos dos elementos no se llevan y es un poco peligroso para los autos que ahí transitan.

En la “Glorieta de la Paz”, en el que el pasado, peleaban, aunque hoy están unidos, eran y son lo mismo, pensaba al igual que cavilaba sobre esa misma combinación de agua y aceite que en el presente están mezclados…

He visto, leído y me he percatado que hay, en mis sentidos, una operación de las «Familias en el Poder», en contra del pez cuya característica es la pigmentación rojo intenso en el dorso, ¿Color Guinda? Es decir, el Huachinango.

Tanto que he visto y leído de los mecenas en contra del Pez que hoy veo esa especie acuática como el pequeño David contra el inmenso Goliat de los azules y tricolores quienes reposan en esa mata naranja que fuera mudo testigo del pasado y el presente que a todos ellos une.

No sé qué vaya a pasar mañana, pero esas grandes operaciones en contra del pequeño David me hace arder la pasión y tal vez, probablemente me incline por el pequeño David, ese pequeño pez que nada a contra corriente y, con la espada de mí, ya derruido teclado, me convierta en otro David más y no dejarnos moldear por la «Familia en el Poder» que a todas luces y de manera desesperada burdamente sus “personeros” le echan la culpa al pobre Huachinango de toda frustración a veces sin sentido.

No lo van a creer, lo poco que sé, lo poco que veo, me llevan a observar que esa unión del agua y el aceite empiezan a derrumbarse. Más allá de las estructuras que colapsan establecidas sobre la base del aceite y el agua, solo basta decir que está combinación es buena tan solo en la comida no frita y creo que, como el buen David podríamos ser testigos de que este sencillo pez se imponga al Goliat mañana. Veremos mientras observo como simple testigo al igual que el árbol de naranja que también ahí se encontrara cómo a una sartén llena de aceite hirviendo le echaban un poco de agua. Veremos.

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