Julio 9, 2023
Por: UNAM
Un paciente sin control requiere de 250 mil a 400 mil pesos por gastos médicos, debido a las complicaciones que presenta, informó Martín Rosas Peralta
El 30 por ciento de los mexicanos padece hipertensión arterial, de ellos más de tres por ciento no está controlado adecuadamente y genera gastos catastróficos para el sistema de salud, consideró el académico de la Facultad de Medicina, de la UNAM, Martín Rosas Peralta.
“El problema se centra en que es la principal causa de muerte en los mexicanos y en el mundo; 30 por ciento de la población adulta padece hipertensión arterial; lamentablemente 50 por ciento no lo sabe, pues es una enfermedad, de inicio, asintomática. Del 50 por ciento restante solo la mitad está en tratamiento farmacológico y, de esos, solo la mitad está en cifras de control”, destacó el cardiólogo.
La hipertensión casi siempre está acompañada de otras enfermedades metabólicas como la dislipidemia y la obesidad, por lo que se debe atender el riesgo cardiovascular de manera integral para reducir el peligro de morbimortalidad -aquellos fallecimientos que ocurren a una edad menor al promedio de esperanza de vida- que en este caso es menos de 60 años, pues la esperanza de vida en México es de 70.
Uno de los grandes problemas es que la población, fundamentalmente afectada, es la económicamente activa: 54 por ciento de los pacientes hipertensos tienen menos de 54 años, por lo que se consideran enfermedades de gastos catastróficos, afirmó el profesor de la UNAM en el programa de residencia en Cardiología.
Rosas Peralta detalló que una persona bien controlada puede costar, por tratamiento, de 8 mil a 18 mil pesos al año, pero en uno que presenta complicaciones se invierten de 250 mil a 400 mil pesos, pues seguramente registra un infarto, requiere sala de hemodinamia, estar en terapia intensiva, etcétera. Atenderlos de forma oportuna es lo que puede llevar a mejorar la calidad de vida.
El miembro y fundador de la asociación civil Grupo de Expertos en Hipertensión Arterial en México (GREHTA) señaló que el riesgo cardiovascular se refiere a enfermedades como hipertensión, diabetes, obesidad, dislipidemias, factores de riesgos asociados al desarrollo de arteriosclerosis que, finalmente, va a terminar con complicaciones tardías como son eventos vasculares cerebrales, infarto, daño renal, ceguera, entre otras.
El también investigador resaltó que en México se han realizado encuestas nacionales, pero no un registro para dar seguimiento, por lo que GREHTA inició en 2021 el Registro Nacional de Hipertensión Arterial (RIHTA), como una iniciativa que busca incluir los factores de riesgo y su evolución a largo plazo; y con los datos generados apoyar a los tomadores de decisiones
“El registro lleva a más de cinco mil pacientes, nos hemos encontrado con cifras alarmantes como alteraciones en los lípidos cercano al 70 por ciento. Claro que todavía no es una muestra representativa nacional, pero sí habla de una tendencia que hay de asociación con dislipidemia. Entonces, es muy importante tomar en cuenta que cuando un paciente se atiende por hipertensión siempre se debe estar alerta de que posiblemente tenga otra comorbilidad oculta como serían lípidos elevados o niveles elevados de glucosa”, precisó Rosas Peralta.
El dato es importante, explicó, pues la estadística nacional indica que las personas con hipertensión presentan de 40 a 46 por ciento niveles más altos de lípidos, por lo que llama la atención que la información preliminar de este registro arroje valores más altos.
Enfatizó que la prevalencia de hipertensión arterial sigue siendo de 30 por ciento en población adulta a partir del año 2000, cuando éramos 80 millones, pero hoy somos 126 millones de mexicanos. Entonces, en números se ha incrementado notablemente y, sobre todo, cuando el promedio de los pacientes tiene menos de 54 años, lo cual indica que se debe dejar atrás la idea de que “las enfermedades crónicas son de viejitos”, pues están afectando a los adultos jóvenes.
RIHTA es una plataforma abierta a los médicos que deseen participar dando de alta a sus pacientes, y mostrar el seguimiento de los datos duros como niveles de presión, colesterol, antecedentes cardiovasculares, enfermedad renal asociada, diabetes, etcétera. Además, apoyar a los galenos con mejores estrategias para el tratamiento.
Es necesario estar alertas con las enfermedades cardiovasculares, porque se habló de la relación con el virus SARS-CoV-2. Efectivamente generó una inflamación generalizada en los sistemas circulatorio y respiratorio, de ahí que las consecuencias a largo plazo aún no se terminan de conocer.
“El mensaje que nos deja la COVID-19 es cómo una enfermedad puede progresar rápidamente, ser mortal y entonces se vuelve noticia, mientras que enfermedades como hipertensión, diabetes, dislipidemia, que matan a más no se les hace caso; 10. 6 millones de personas mueren en el mundo solo por hipertensión, imagínense lo que ocurre cuando se combina con otras, por eso las cardiovasculares son líder en el mundo de mortalidad en la población adulta”, apuntó Rosas Peralta.
GREHTA, expuso el también académico del programa de Maestría y Doctorado en Ciencias de la UNAM, está interesada en la educación, innovación y preparación sobre las tecnologías que llegan a México.
Uno de los avances recientes disponibles entre los médicos para el tratamiento de la hipertensión es el uso de medicamentos combinados, pues no es lo mismo tomar tres o cuatro pastillas de diferente tipo y en distintos horarios a una que tenga el combo de los fármacos en una sola tableta con dos antihipertensivos y una estatina bajo prescripción médica, para multiplicar las soluciones en el control del riesgo cardiovascular en pacientes con hipertensión arterial y con ello se contribuya también a la adherencia al tratamiento, finalizó.