Octubre 06, 2022
Steve Jobs fue un líder carismático y su nombre sigue despertando una admiración única en el mundo. Una persona apasionada y obsesionada con todas las metas que se propuso. Sus distintas biografías pusieron énfasis en su carácter y su estilo de liderar. Pero el hombre que se caracterizó por haber tenido ideas visionarias que hicieron aportes trascendentales en el campo de las computadoras personales, los celulares y la música en formato digital tuvo rasgos que hicieron que su vida sea especial.
Las últimas biografías y películas hicieron la vida de Steve Jobs mucho más conocida en especial tras su muerte. Nació en la ciudad de San Francisco, California el 24 de febrero de 1955. Sus padres biológicos, un inmigrante sirio musulmán llamado Abdulfattah Jandali y Joanne Carole Schieble, nativa norteamericana, con ascendencia suiza y alemana, lo dieron en adopción recién nacido a una familia de clase media, de origen armenio, con una sola condición: que el chico pudiera ir a la universidad.
Su familia adoptiva se mudó en 1961 a Mountain View, la ciudad al sur de Palo Alto donde se estaba gestando una revolución electrónica. Allí, tomó contacto con artefactos y el mundo de la informática y fundó Apple en 1976, junto con Steve Wozniak, amigo de la adolescencia, en el garaje de su casa. Durante los años ’80, creó la Apple II y luego la Macintosh 128K, la primera máquina que contaba con un mouse y un sistema operativo gráfico.
Steve Jobs en brazos de Paul, su padre adoptivo.
En marzo de 2011, el padre biológico de Steve Jobs dio una entrevista y contó sus sentimientos hacia Steve. ‘La razón por la cual fue dado en adopción fue que el padre de mi novia era extremadamente conservador y no le permitió casarse conmigo, entonces ella decidió darlo en adopción‘.
Al ser consultado sobre el vínculo con su hijo, agregó: ‘No tengo una relación cercana con él. Le envío mensajes para su cumpleaños, pero ninguno de los dos ha dado un paso para acercarse más al otro‘.
La lucha contra el cáncer transformó a Steve Jobs en un líder inspirador, más allá de sus productos perfectos y su carácter polémico.
En 2005 sorprendió a los egresados de la Universidad de Stanford ante la sinceridad brutal del entonces CEO de Apple: “Tu tiempo es limitado, no lo desperdicies viviendo la vida de otros”, dijo y se extendió al hablar de su enfermedad: “Recordar que se va a morir es la mejor manera que conozco para evitar la trampa de pensar que tienen algo que perder. Ya están desnudos. No hay ninguna razón para no seguir su corazón‘.
‘La única cosa que me mantuvo en marcha fue mi amor por lo que hacía, tienes que encontrar lo que amas. La única forma de tener un trabajo genial es amar lo que haces. Si aún no lo has encontrado, sigue buscando y no seas conformista. No permitas que el ruido de las opiniones de los demás acabe ahogando tu propia voz interior. Sigue hambriento, sigue alocado‘, fueron sus autenticas palabras.
Las lecciones sobre innovación, marketing y diseño son las frases más recordadas. Ya en 1989 decía: “No puedes preguntarle a los consumidores qué quieren y luego pretender dárselo. En el tiempo que has estado fabricándolo, ellos querrán una cosa nueva”.
Por eso, varias veces repitió que “la innovación es lo que distingue a un líder de los demás” y que “muchas veces la gente no sabe lo que quiere hasta que se lo enseñas”.
Sobre su estrategia para cautivar, llegó a confesar: “No es sólo la apariencia, el diseño es cómo funciona” y se negaba a pensar que “quien golpea primero, golpea mejor”, ya que lo importante, para él estaba en “ser el mejor”. La calidad y la estética siempre primaban, como explicó en una de sus tantas presentaciones: “La mayoría de la gente piensa que el diseño es una chapa, es una simple decoración. Para mí, nada es más importante en el futuro que el diseño. El diseño es el alma de todo lo creado por el hombre”.
Así fue la vida de Steve Jobs, el hombre que todavía sigue inspirando. El genio que hizo realidad los sueños que otros creen inalcanzables.
Con información de A24-El Tributo