Agosto 28, 2022
La violencia de género resalta la invisibilidad con la que la población trans ha sido anulada, no sólo a través de un Estado que favorece la impunidad y que a diario arroja cifras abrumadoras de crímenes, sin reconocer la identidad de esas personas, sino incluso dentro del movimiento feminista, afirmó Diva Cassandra, directora del Departamento de Investigación en Casa de las Muñecas Tiresias, A.C.
Durante los Conversatorios Feminicidio, una perspectiva desde la universidad, expuso que las distintas formas como se manifiestan las fobias resultan metafóricamente entrelazadas, aunque comparten el discurso de pensamientos y posicionamientos que desde un cierto sector del feminismo categorizan y no reconocen a las mujeres trans como sujetas de ser parte de la lucha feminista, con lo que se fomenta la segregación, aseguró la defensora de los derechos humanos de la comunidad LGBTIQ+.
El hecho de que a este sector se les considere hombres homosexuales provoca sesgos en las investigaciones, las estadísticas y los censos, porque no hay una focalización en los crímenes de estas comunidades; los propios medios de comunicación suelen referirse a varones vestidos de mujer, y eso es incorrecto.
El transfeminicidio no ha sido legalmente tipificado en las leyes de México, pero en la Fiscalía Especializada ya es una categoría de análisis, en parte gracias a la recomendación 02/2019 que la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM) emitió a raíz del asesinato de Paola Buenrostro, debido a las omisiones que evidenciaron la falta de una debida diligencia, de aplicación de la perspectiva de género y un enfoque diferenciado.
La CDHCM define a ese crimen como la intersección entre feminicidio y transgénero, una confluencia de violencias transfóbicas y misóginas que no admite que los roles, expresiones e identidades de género se distancien de las consideraciones sistémicas.
El concepto de transfeminicidio, entendido como el asesinato contra una persona trans, debe examinar y considerar cuáles son las condiciones de violencia a las que se ven expuestas y que propician su vulnerabilidad hasta el punto de quitarles la vida, advirtió Layla Ahlam Vázquez Flandes, asesora en acompañamiento e investigación de casos del tipo en la Fiscalía Especializada para la Investigación del Delito de Feminicidio de la Fiscalía General de la Ciudad de México.
En esta instancia ya se discuten propuestas para llevar el transfeminicidio a términos legales, tanto en la Ciudad de México como a nivel federal, con el objetivo puntual de marcar las diferencias que puede presentar la violencia contra las mujeres en general y las específicas contra la comunidad trans.
Vázquez Flandes indicó que entre la comunidad trans se tiene la noción de la que la capital es una metrópoli de derechos en muchos aspectos, lo que atrae un gran flujo migratorio entre esa población, porque la ven como una oportunidad para acceder a ciertas atribuciones que no encuentran en otras entidades del país. Sin embargo, ya hay varios estados que otorgan el reconocimiento administrativo de identidad de género.
Diva Cassandra consideró necesario hacer la distinción de identidad para reclamar derechos, ya que si bien son causas que las hermanan al movimiento feminista en el que se arropan, la problemática de la transfobia sigue sin tomarse en cuenta. A las mujeres las asesinan por razones de género y a las trans por odio; la transfobia eleva mucho más los actos de violencia, porque no sólo se conforman con asesinar, sino que mutilan, acribillan los cuerpos y los desechan como basura.
Por ello es preciso comprender cómo operan estas formas y conocer las acciones que hay en relación con la transfobia, el cisexismo, la homofobia y el sexismo como tales, subrayó.
Las personas trans tienen muy pocas oportunidades laborales, por lo que muchas veces la opción es el trabajo sexual, donde los riesgos de crimen aumentan. En general son expulsadas de la familia, lo que las expone a un mundo de carencias, problemas psicológicos que muchas veces las llevan al suicidio, padecen de atención médica y viven en constante miedo de ser violentadas; son vidas de mucha marginación.
La recomendación 02/2019 que emitió la CDHCM sienta un precedente para continuar los procesos de justicia en los muchos casos de violencia contra las personas trans. Es un avance que una persona como Vázquez Flandes pueda trabajar con autoridad dentro de la Fiscalía Especializada para la Investigación del Delito de Feminicidio, que le ofrece una visión periférica.
Lo es también que la Fiscalía General de Justicia haya ofrecido una disculpa pública a Kenia Cuevas por el transfeminicidio de Paola Buenrostro. Pero aún hay mucho trabajo por hacer, comenzando por la lucha por tipificar estos crímenes como transfeminicidio, con lo que se les da agencia como sujetas políticas.
Los Conversatorios Feminicidio, una perspectiva desde la universidad fueron convocados por la Red Universitaria de Géneros, Equidad y Diversidad Sexual, la Unidad de Acción para la Prevención y Erradicación de las Violencias de Género, la Inclusión con Equidad y el Respeto a las Diversidades de la Unidad Iztapalapa y la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe.
