Agosto 9, 2022
La noticia ha llenado de desazón a las redes sociales pues su figura era inseparable de Pingu, serie de animación stop motion de origen suizo-alemán que se extendió a cuatro temporadas, y que en Cataluña tuvo un éxito considerable a través de TV3. Curiosamente, Bonomi fue la voz de este pingüino en todos los países que emitieron Pingu, ya que para doblarle contaba con un idioma de su invención propia, el pingüino o pinguish, que se componía de ruidos absurdos y no tenía mucho sentido intentar traducir de cara a la exportación.
Bonomi siempre dijo que el pinguish se inspiraba en el dialecto milanés, así como en lenguajes abstractos que había escuchado usar a los payasos de Francia e Italia. Bonomi trabajó originalmente, por cierto, de payaso, empezando a sacar partido a su voz cuando dobló a varios personajes en el programa publicitario Carosello. El pinguish, por su parte y aunque sea Pingu su más famoso hablante, nació cuando Bonomi se involucró en La línea, una mítica serie de animación italiana dedicada a las aventuras de una línea mágica que daba forma a un señor. Si este señor hablaba de forma similar a Pingu, era porque Bonomi estaba tras la voz de ambos.
La línea se extendió hasta 1986 y duró 90 episodios. En ese tiempo Bonomi se consolidó como uno de los principales actores de doblaje para el público infantil, poniendo voz en Italia a Mickey Mouse o Pedro Picapiedra. En el 77 participó en el reparto de voces del largometraje El señor Rossi en busca de la felicidad, y más tarde en su secuela Los sueños del señor Rossi. Llegado 1984 trabajó en la serie Stripy, y finalmente en 1999 recurrieron a él (y a su jerga inventada) para poner voz en Pingu. Dobló tanto al protagonista como a otros personajes, en una serie muy querida por el público infantil.
Con el desarrollo de la serie Bonomi sería sucedido por David Sant y Marcello Magni, pero Pingu seguiría vinculado a él para siempre en el imaginario del público.