Julio 21, 2022
Después de años de actualizar continuamente un superordenador desde 2008, la NASA ha anunciado su sistema más potente hasta la fecha para hacer frente a la nueva era de la exploración espacial, desde las próximas misiones Artemisa, hasta la simulación de lanzamientos y más allá.
El caso es que probablemente ya hayas oído hablar de él. El sistema Aitken lleva en la agencia espacial desde 2019. Pero con un nuevo complemento, puede abordar el trabajo de la NASA a una escala antes imposible.
La NASA construye sus superordenadores de forma un poco diferente a sus homólogos de los laboratorios nacionales y las grandes universidades.
En lugar de poner en marcha una máquina monolítica con un periodo de funcionamiento definido, adopta la vía modular, añadiendo gradualmente más y más capacidad, como hemos visto a lo largo de los últimos catorce años con su supercomputador Pléiades, que lleva funcionando desde 2008.
Este es el caso de Aitken, que es oficialmente el superordenador más potente de la agencia espacial tras la adición de cuatro racks HPE Apollo basados en la arquitectura Rome de AMD. La incorporación de los nodos de AMD es notable en este caso, ya que hasta la fecha el sistema estaba basado en Cascade Lake de Intel.
Como las densidades son las que son, cuatro racks son un montón de computación. El sistema cuenta ahora con 3.200 nodos que, incluso antes de la actualización, lo situaban en el puesto 58 de la lista de los 500 sistemas más potentes del mundo.
Antes de la ampliación, el superordenador Aitken se basaba en doce (ahora dieciséis) racks HPE Apollo 9000 y también cuenta con HPE E-Cells que proporcionan 1.152 nodos Intel Cascade Lake, con 40 núcleos por nodo.
El Pléiades de la NASA tiene una historia mucho más larga que la de la mayoría de las máquinas científicas y un historial de trabajo que incluye el análisis de los datos de la misión Kepler, la investigación de la materia oscura y una visualización a escala real de las corrientes oceánicas de la Tierra.
En 2008, cuando estuvo operativo por primera vez, Pléiades era el tercer superordenador más potente del planeta y seguía estando entre los 50 primeros de la lista de los 500 mejores en 2019.
El sistema, que lleva mucho tiempo en funcionamiento, pasó por múltiples ampliaciones, pero comenzó como un superordenador construido por SGI y basado en procesadores Intel Harpertown, antes de pasar por toda la línea de tiempo de lanzamientos de chips Intel hasta terminar con algo más de siete petaflops.
El hecho de que haya 16 módulos más que llenar en el centro de datos modular de la NASA Ames demuestra que podemos esperar que la NASA siga expandiéndose, al igual que el universo.
Con información de Computer Hoy