Julio 01, 2022
Siempre nos faltan hora en el día. Eso es algo de lo que muchos nos quejamos, atareados siempre con el trabajo, el gimnasio, ver a los amigos, disfrutar de algo de ocio, y cómo no, descansar. A esto sumémosle mantener una casa, con todo lo que esto supone.
Es cierto que si hablamos de «tiempo libre» algunos disponen de más que otros, pero la mayoría de nosotros tenemos al menos unas cuantas horas para dedicarlas como queramos. Y según la «regla de las 5 horas», la forma en que decidamos pasar esas horas puede significar la diferencia entre el éxito y la mediocridad.
Según los cálculos, contamos con 16 horas de vigilia que nos permite (hasta cierto punto, porque hay que trabajar) distribuir el tiempo cómo queramos. Si quitamos esas horas de trabajo, nos quedamos con 9 horas libres, bastante la verdad.
Gran parte de esas nueve horas se dedican a la administración de la vida: las compras, las tareas domésticas y el tiempo que dedicamos a las comidas. Si quitamos todo esto, la mayoría de la gente tiene al menos unas horas para hacer lo que quiera.
Para más de la mitad de la población, esas horas se malgastan en ver el teléfono móvil y si tomamos como referencia los mantras que tanto hemos leído de Elon Musk y Bill Gates, estas no son las personas que se convertirán en los empresarios, los innovadores y las historias de éxito del mañana.
Pues bien, uno de los hallazgos clave que aparece una y otra vez se conoce como la «regla de las 5 horas». En resumen, se trata de la regla de dedicar una hora al día a aprender, reflexionar y pensar y se remonta a la época de Benjamin Franklin que dedicaba (al menos) una hora diaria específicamente a aprender algo nuevo.
Hoy, Elon Musk o Bill Gates emplean alguna versión de la regla de las 5 horas. La idea es que, detrás de todo esto, dedicar una hora de tu día a la educación, ejercita la mente y mejora tus habilidades.
Ahora bien, seamos honestos con nosotros mismos, esto puede resultar algo complicado cuando nuestro día está cubierto de actividades que realmente nos agotan física y mentalmente (madrugar, el trabajo, tareas de la casa…). Sin embargo, nos dejamos con 3 sencillos pasos a seguir para comenzar a emplear estas 5 horas en algo realmente productivo.
Según nos informan desde BigThink, uno de los primeros pasos es intentar aprender cómo se pueda y de la forma que tú te sientas más capaz. Lo lógico es recurrir al hábito de la lectura, pero es cierto que no es para todo el mundo y eso no tiene por qué suponer un problema.
Hoy en día, los podcasts, los audiolibros y la radio son formas estupendas de pasar a la acción. Además, Internet está repleto de artículos educativos, entretenidos e instructivos, que son mucho más digeribles que un libro de 400 páginas.
Por otro lado, el segundo paso es experimentar. Las personas con más éxito en la vida no fueron las que dieron justo con el punto clave al primer intento, sino aquellas que fracasaron varias veces hasta conseguirlo y probaron diferentes caminos. Y es que, se considera que cuando experimentamos, nos divertimos y aprendemos mucho.
Tim Harford, en su libro «Adapt: Why Success Always Starts with Failure», dice que el éxito significa que «en primer lugar, busquemos nuevas ideas y probemos cosas nuevas; en segundo lugar, cuando probemos algo nuevo, hagámoslo a una escala en la que se pueda sobrevivir al fracaso; en tercer lugar, busquemos retroalimentación y aprendamos de nuestros errores a medida que avanzamos».
Por último, reflexiona. En palabras de Samuel Beckett, «Inténtalo de nuevo. Fracasa de nuevo. Fracasa mejor». Hay muchas maneras de reflexionar. Para algunos, puede significar un diario, una agenda o diez minutos dedicados simplemente a pensar en cómo eres y lo que has hecho durante el día. Para otros, puede significar hablar de las cosas con algún amigo.
La base de todo esto es expresar, ya sea de forma verbal o escrita todos nuestros pensamientos, con el objetivo de convertir nuestras reflexiones en formas de mejorar.
Con información de Computer Hoy