Mayo 25, 2022
Científicos argentinos descubrieron una nueva especie de un enorme reptil volador apodado Thanatosdrakon amaru –o la Deidad (Amaru) «Dragón de la muerte» (Thanatosdrakon)– que vivió hace 86 millones de años junto a los dinosaurios, en un hallazgo que arroja nuevos datos sobre un depredador cuyo cuerpo era tan largo como un autobús escolar.
Los huesos fósiles de este reptil volador se encontraron en rocas de fines del Período Cretácico, y fueron hallados y preservados en un procedimiento de rescate efectuado durante la realización de obras civiles.
Los restos fósiles, que se encuentran excepcionalmente preservados, pertenecen al esqueleto axial (vértebras) y al esqueleto apendicular (huesos de los miembros anteriores y posteriores) de dos ejemplares.
«Los pterosaurios (reptiles voladores) fueron un grupo muy singular de animales que vivieron desde el Triásico hasta el Cretácico y representan los primeros vertebrados que adquirieron la capacidad de volar activamente. Generalmente suelen confundirse con los dinosaurios, grupo cercanamente emparentado», expresa en un comunicado el doctor Leonardo Ortiz, jefe de la excavación y becario postdoctoral en la Universidad Nacional de Cuyo.
Nueva especie de pterosaurio
Tras años de investigación, el equipo pudo determinar que los restos estudiados corresponden a una nueva especie de pterosaurio debido a que los huesos presentan características singulares nunca antes vistas en otros pterosaurios del mundo. Análisis filogenéticos permitieron definir que Thanatosdrakon pertenece al clado Azhdarchidae, un grupo de pterosaurios del Cretácico Superior del cual forma parte el famoso Quetzalcoatlus, el pterosaurio más grande del mundo.
Un aspecto que se destaca en Thanatosdrakon es el tamaño de sus huesos, los cuales evidencian que se trata de un espécimen gigante; de hecho, es el pterosaurio más grande de Sudamérica y uno de los más grandes del mundo. El espécimen de mayor tamaño presenta una envergadura de aproximadamente 9 metros y el espécimen de menor tamaño, una de aproximadamente 7 metros.
«Otro aspecto relevante es el estado de preservación de los restos fósiles, ya que es inusual hallar numerosos huesos de pterosaurios de gran tamaño y en buen estado de conservación. Este aspecto es crucial, ya que Thanatosdrakon preserva elementos nunca antes descubiertos en otros azhdárquidos gigantes», explicó Ortiz. Esto posibilitó realizar interpretaciones sobre la anatomía de estos animales, los cuales destacan por ser los vertebrados más grandes que alguna vez volaron en la Tierra.
Con información de DW