Diciembre 20, 2021
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, celebró el triunfo electoral de Gabriel Boric en Chile y felicitó al pueblo de ese país por la victoria de la democracia y por ser ejemplo para Latinoamérica y el mundo.
Esas declaraciones fueron realizadas por el mandatario en su conferencia de prensa matutina y coinciden con la prensa mexicana que destaca la contundencia de la victoria en las urnas de Boric, presidente electo de Chile por una diferencia de unos 12 puntos sobre el ultraderechista Antonio Kast.
La mayoría de los diarios nacionales impresos y digitales, la radio y la televisión resaltaron que lo más impresionante fue la ventaja que sacó el candidato de la coalición de izquierda Apruebo Dignidad a Kast, representante del pinochetismo, quien había logrado resultados preocupantes en primera vuelta.
Sin embargo, agregan los medios mexicanos, no hubo resultado estrecho ni oportunidad para la especulación, tampoco para insinuar fraudes, menos para el regateo de votos: Boric, de 35 años, ganó aplastantemente, por 12 puntos y un millón de votos de diferencia.
De esa manera, Chile tendrá en la primera magistratura del país desde el próximo 11 de marzo de 2022 a un presidente izquierdista el cual tendrá que batallar con una ultraderecha que intentará boicotearle sus programas de gobierno con un hipotético apoyo de tres millones 641 mil chilenos que votaron a favor de Kast.
Sin embargo, aclaran, esos dígitos están lejos de expresar una polarización social, no solamente porque acudieron a las urnas poco más del 50 por ciento de los electores con edad para hacerlo, sino porque la diferencia en favor de Boric fue muy importante.
En su análisis, el diario La Jornada, expresa que el candidato de la izquierda encabezará un gobierno que deberá lidiar con una compleja agenda de demandas sociales urgentes como pensiones y salarios mínimos dignos, déficit de viviendas sociales y para la clase media, ciento de miles de jóvenes sin empleos.
Pero en especial, advierte el diario, está la expectativa de una nueva Constitución.
Desde el estallido social de octubre de 2019, que visibilizó la urgencia de cambios estructurales profundos, nada cambió realmente en Chile: todas las demandas siguen postergadas y acumulando una tensión social impredecible en su paciencia y en su reacción.
Las consignas que se escucharon en la jornada de alegría que todavía hoy se mantiene en ese país, añade el diario, dan una idea de la profundidad del cambio que quieren los chilenos y por los cuales batallaron contra la represión del gobierno de Piñera.
«Chile se decidió hoy a romper la historia», dijo una joven mujer de la modesta comuna de Puente Alto, a las afueras de Santiago.
«La esperanza le ganó al miedo», resumió otra.
«Qué todos lo apoyemos, es un joven pero tiene mucha sabiduría», agregó un hombre ya entrado en años.
«El pueblo está unido para nunca más caer», exclamó exultante un joven, cita la Jornada.